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El desgaste institucional de los últimos días lo protagonizó el director de...

19 de febrero de 2016 Por: Beatriz López

El desgaste institucional de los últimos días lo protagonizó el director de la Policía, general Rodolfo Palomino, quien soportó el más violento acoso mediático hasta hacerse al costado, ante el peligro de socavar aún más el desprestigio de la Institución, o involucrar en el escándalo al presidente Santos y al Ministro de Defensa, quienes se empeñaron en sostenerlo en el cargo.***Si el General es culpable de su supuesta participación en la ‘comunidad del anillo’, enriquecimiento ilícito y/o chuzadas a periodistas, eso lo dirán las autoridades competentes, no la prensa ni las redes sociales. *** Cuestionable el morbo con que los medios de comunicación han manejado casos como el del general Palomino, el de Jorge Armando Otálora y el del viceministro del Interior, Carlos Ferro, todos con un contenido altamente sexual, que La Tv y la radio explotaron hasta el delirio, como el video donde aparecen el exsenador Ferro y el capitán Anyelo Palacios, hablando explícitamente de una relación homosexual, entre dos personas adultas y en el que no hay acoso o abuso de autoridad. ***Pero aún más cuestionable es la actitud de la Fiscalía, que ha hecho mutis por el foro con las constantes denuncias sobre la prostitución masculina en las altas esferas de la Policía y que ahora, a raíz del caso Ferro, también involucra a senadores de la República. En el ‘affaire’ de la ‘comunidad del anillo’, hay un caso que fue cerrado por la misma Fiscalía, y es el extraño ‘suicidio’ de una joven policía que al parecer ‘sabía demasiado’ del comercio sexual en los cuarteles y en los pasillos del Congreso. ***Y, ¿qué tal el Procurador?, el dueño de la moral, el Torquemada colombiano, que mira hacia otro lado en casos de corrupción estatal como Reficar, pero enfila todas sus baterías con olor a santidad contra el general Palomino. Nadie ignora lo que sucede en esos cuerpos institucionales, como el Ejército, la Policía y la misma Iglesia, donde abundan los casos de pederastia y abusos de autoridad entre coroneles y soldados y entre curas y monaguillos. ***Finalmente, creo que el general Palomino ha debido renunciar mucho antes. Le seguí los pasos desde que era Inspector de Carreteras. Me gustaba su bonhomía, su lenguaje llano y sencillo. Era el típico policía de barrio a quien los niños adoran y rodean. Pero al subir a la comandancia de la Policía, su transformación fue increíble. La líbido del poder lo fue agarrando poco a poco. Ya no era el humilde policía, de bigotes espesos, sino un egocéntrico. Por eso no me gustó su discurso ventijuliero, donde hizo el papel de víctima. ***Entretanto: El próximo 26 de febrero será el homenaje al médico y humanista Adolfo Vera en el Inter. Su labor en pro de la cultura ha sacudido al cuerpo médico obligándolo a salir de los círculos cerrados de sus consultorios para enriquecer su mente en el campo de las humanidades. Su poder de convocatoria durante 25 años, lo repite con orgullo: 20 encuentros anuales de Confraternidad Médica, 145 tertulias médica mensuales y 8 cruceros de medicina por todos los mares del mundo.