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Los afiches de Santos

A raíz de las declaraciones de Roberto Prieto, exgerente de la campaña de Juan Manuel Santos, admitiendo la financiación de Odebrecht de los afiches para la campaña del 2010, se desató una ola de indignación contra el Presidente,

16 de marzo de 2017 Por: Beatriz López

A raíz de las declaraciones de Roberto Prieto, exgerente de la campaña de Juan Manuel Santos, admitiendo la financiación de Odebrecht de los afiches para la campaña del 2010, se desató una ola de indignación contra el Presidente, peor que el escarnio de que es objeto a diario en las redes sociales.

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La alocución presidencial negando haber recibido los dólares de la empresa brasileña, y el remate de “me acabo de enterar” rebosaron la copa. La ‘intachable’ oposición es tan culpable como el equipo de Santos, pues muchos de sus protagonistas están inmersos en los carteles de corrupción, llámense Odebrecht, Reficar etc., lo que lleva concluir que no son Santos, ni Uribe, ni sus funcionarios los únicos culpables, es el sistema que colapsa dejando estupefacta a una sociedad que no protesta y vota por los mismos.

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Y, mientras el Congreso, en medio de la polarización, aprobó (después de colgarle 83 micos), la Jurisdicción Especial para la Paz, que judicializará o salvará a guerrilleros, agentes del Estado (militares, culpables de falsos positivos) y empresarios (que auspiciaron grupos paramilitares), en Corferias tenía lugar el show de rendición de cuentas del vicepresidente Vargas Lleras con Santos a bordo, donde hubo felicitaciones mutuas, ‘cocotazos’ a la corrupción y lo mejor: la Cruz de Boyacá para el hombre del casco.

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Para celebrar los días del Periodista y la Mujer, asistí a varios ágapes que agradezco. Me referiré solo a dos personajes: Sergio Fajardo y Adriana Ruiz. En la baraja de candidatos a la Presidencia del 2018, el voto de opinión podría inclinarse hacia Fajardo. Hizo una buena Alcaldía en Medellín y una mejor Gobernación en Antioquia. Su debut en la ‘ola verde’ con Antanas Mockus lo catapultó a nivel nacional. Quise auscultar sus propuestas actuales.

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Dijo que después del acuerdo de paz hay que pasar la hoja de la violencia y escribir una nueva. Afirma que lo primero es la reconciliación, o sea, respetar los acuerdos. Después, un proceso de cultura ciudadana y finalmente, seguridad ciudadana.

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O Fajardo guarda en su carriel una carga de profundidad para reconstruir un país que ha llegado a la inviabilidad por culpa de sus dirigentes, o se quedará en el discurso mockusiano de cultura ciudadana, mientras las huestes políticas de derecha, centro e izquierda muestran garras y fauces, llámense Vargas Lleras, Claudia López, Robledo, Petro, Ordóñez o candidatos uribistas.

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La otra persona que escuché fue a Adriana Ruiz, abogada, asesora de la ONU para el Empoderamiento Jurídico de los Pobres. Caleñísima, bachiller del Colombo Británico y egresada de los Andes. Se realizaba la 157 Tertulia Médica del Pacífico, que preside Adolfo Vera. El programa incluía la presentación de libros de María Clara Ospina y José Ramón Burgos. De pronto se anunció a Adriana Ruiz. Pocas veces he visto a una mujer tan desafiante. Se refirió a la corrupción, polarización y desencanto de una población de 40 millones frente a sus líderes políticos. Dijo de que no se trata de izquierda ni derecha, “se requiere un sacudón de la sociedad porque la República ya no existe, ha sido cooptada por la Republicidad, porque lo público se privatizó”.

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Emprendió hace 10 años una lucha en Cali para proteger a los recicladores, cuando estos se quedaron sin acceso a la basura del botadero de Navarro. Lleva tres alcaldes insistiendo para que cumplan la sentencia T-291/09 de la Corte Constitucional y espera que Armitage lo haga. “El reciclaje se ha convertido en gran negocio, y la empresa privada quiere quitarles el derecho a la supervivencia a los pobres”, señaló.