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La tibieza de Santos

La sorpresa que ha dado Juan Manuel Santos en sus primeros cien...

1 de diciembre de 2010 Por: Beatriz López

La sorpresa que ha dado Juan Manuel Santos en sus primeros cien días de gobierno, con el gabinete técnico que nombró a ‘espaldas’ de Uribe, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y Ecuador y los proyectos de alto contenido social que hoy se debaten en el Congreso, se ha ensombrecido con la tibieza con que aceptó el asilo otorgado por el presidente Martinelli de Panamá a María del Pilar Hurtado, ex directora del DAS, y pieza determinante en el escándalo de las chuzadas. ***Es paradójico que el procurador Ordóñez, tan tibio en casos como el de la Yidispolitica, cuando absolvió a Sabas Pretelt y a Palacios (las otras dos patas del cohecho), se haya ido lanza en ristre contra su antiguo mentor, llamándolo al orden y pidiéndole responsabilidad como ex Presidente, mientras Santos emite declaraciones subliminales y su extraordinaria Canciller debe permanecer muda ante semejante afrenta de Panamá a la Justicia e institucionalidad colombianas. ***Si Santos no se sacude el sanbenito de Uribe, y no solicita la extradición de la señora Hurtado para que responda ante la Justicia colombiana las denuncias hechas por sus subalternos sobre la empresa criminal que montó la ‘Casa de Nari’ en el DAS, tendrá que aceptar el cogobierno de Uribe y seguir por la oscura senda de rendir pleitesía al hombre que hizo posible su ascenso al poder. ***Uribe, con su estilo paranoide, que describe Alejandro Gaviria cuando cita al historiador Hofstadter, jamás imaginó que la devoción incondicional que logró despertar en Uribito, José Obdulio o Pacho Santos, no fue igual con mujeres como Yidis Medina y María del Pilar Hurtado. Sin demeritar su origen, ni su físico, ellas tienen en sus manos el juicio que la historia le hará a Álvaro Uribe. ***Resulta innecesario describir a Yidis Medina, suficientemente conocida a través de los medios de comunicación, e, inclusive, por su famoso desnudo en Soho, donde mostró sus redondeces boterianas, pero del pasado de María del Pilar Hurtado poco sabíamos, hasta que Mauricio Mejía me sugirió leer en ‘El Siglo’, la columna de la periodista Adriana Llano Restrepo, quien trabajo al lado de Lina Moreno de Uribe, por espacio de varios años, en la Casa De Nariño.*** Adriana cuenta que María del Pilar Hurtado era en Palacio, versión 2002, “una gris funcionaria, parte del combito de amigas que Alicia Arango había establecido en el IDU: oscura, triste y segundona”. Afirma que “el ataque a El Nogal la sorprendió sentada a manteles con Edmundo del Castillo, quien antes de ser el secretario jurídico de Uribe tenía docenas de contratos otorgados por el entonces secretario general de Presidencia, Alberto Velásquez, de quien María del Pilar era una sacamicas”. ***Y para entender los movimientos internos del ajedrez de la era Uribe, Adriana sostiene que “la vecindad física de su oficina, separada por los baños de mujeres del despacho de doña Lina, le sirvieron a Pilar para oficiar como mensajera de Velásquez. Hizo fila india con paciencia y cuando la vacante fue un hecho, Pilar Hurtado estaba en el sitio y el momento oportunos, su protectora le habló al oído a Uribe, y ella pasó de la Secretaría General del Ministerio de Defensa de donde Bernardo Moreno la exilió a dirigir el DAS”.