El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Artículo

El arma del miedo

¿Cómo no estar ansiosos, deprimidos y paranoicos, si además del tapabocas, el lavado de manos una y cien veces al día, la ausencia de abrazos y saludos presenciales con familiares y amigos?

4 de febrero de 2021 Por: Beatriz López

¿Cómo no estar ansiosos, deprimidos y paranoicos, si además del tapabocas, el lavado de manos una y cien veces al día, la ausencia de abrazos y saludos presenciales con familiares y amigos, tenemos que soportar las cargas de profundidad de las noticias que siembran el miedo con las nuevas cepas del CoronaV y su estela de muertes y contagios?

***

Es la estrategia del pánico, que empieza desde las altas esferas del poder, según el grado de manipulación del personaje que dirija el país: Trump, Putin, Maduro, Bolsonaro o, el que nos tocó a nosotros, Iván Duque, que por supuesto, no califica en esa ‘selección’, pero que sí contribuye a exacerbar el ánimo con su programa de televisión diario, y el tema recurrente del CoronaV, donde promete una vacuna cada vez más lejana.

***

Los noticieros de radio y televisión han perdido la brújula y la sustancia de la realidad del país, para repetir una y otra vez las cifras del contagio, aumentando el temor de salir a la calle, mientras el hambre aflora en los cordones de miseria de las ciudades, el desempleo compite con las cifras de la pandemia, el asesinato sistemático de defensores de los derechos humanos y las masacres de jóvenes, como las recientes de Buga y Nariño.

***

Todo se reduce a crear un ambiente apocalíptico, para tapar las inconsistencias de un Congreso, cuya oposición se desgasta en debates que jamás logran su objetivo, en apoyar la imposición de más impuestos y en mirar para otro lado la corrupción que hoy contamina los contratos para plagiar el hambre, el desempleo y la salud. Aunque en la pandemia no hubo Senado y Cámara presencial durante seis meses, los honorables padres de la patria aceptaron de buena gana el aumento de sus mesadas que el Gobierno les sirvió en bandeja de plata.

***

In Memoriam: La muerte de Carlos Holmes Trujillo demuestra una vez más, el grado de hipocresía de la sociedad colombiana. Las exequias fueron dignas de un Jefe de Estado. Los honores militares, los discursos, las banderas a media asta, las columnas de políticos y detractores, nada tenían que ver con los días que antecedieron su final, cuando fue citado varias veces en el Congreso para rendir cuentas por el aumento sistemático de masacres, desaparición de líderes sociales y reinsertados de las Farc. Y no solo como Mindefensa, también como Canciller, llovían las críticas por el desacertado manejo de las relaciones internacionales.
El sanedrín del CD no lo apoyó, y hubo hasta críticas de su gestión por parte de Uribe, a pesar de haber sido el apaga incendios de Duque.

***

Conocí al padre de Carlos Holmes. Fue un aguerrido líder liberal, que se enfrentó a la rancia clase política vallecaucana de Balcázar, Rengifos, Holguines, Lloredas y González Narváez. Dueño de una oratoria capaz de hacer temblar cualquier recinto, que sin duda heredó el hijo. Fui cercana a Genoveva García, una mujer extraordinaria y discreta. Y en especial de la periodista María Inés Pantoja, segunda esposa del ministro y madre de dos hijos maravillosos. Para ellos y su hermano José Renán, un abrazo fuerte y sincero.