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Contra la exclusión

No voy a referirme a esa condición oscura de la idiosincracia colombiana...

4 de septiembre de 2015 Por: Beatriz López

No voy a referirme a esa condición oscura de la idiosincracia colombiana excluyente y discriminatoria contra todo el que no esté al mismo nivel social, económico, racial, ideológico o de otra preferencia sexual (Lgtb). De la discriminación nace la exclusión que lleva a la intolerancia, y de ahí, surge como un monstruo, la violencia. *** Pero ese será tema de otra columna. Hoy quiero hablar de otra exclusión: la que sufren los discapacitados intelectuales, llámese síndrome de Down, retardo mental o dificultades en el aprendizaje, que por generaciones les ha sido negado integrarse a la sociedad, al trabajo, la escuela, la universidad y la propia familia. Que les está vedado el amor de pareja y procrear hijos. ***La visión del discapacitado intelectual ha cambiado gracias a instituciones como el Tobías Emanuel, próximo a cumplir 50 años. Recuerdo sus inicios con el norteamericano Timothy Loeb, cuyo hijito Emanuel tenía problemas de retardo mental, cuando llegó a la Universidad del Valle y con un grupo de caleños, entre ellos Alvaro H. Caicedo e Hilda, trazaron el camino hacia lo que se ha convertido en manos de su presidenta, Leonor Salazar.***He recorrido varias veces el Instituto y he sido testigo de su desarrollo. Leonor Salazar, que le ha dado a la institución toda su energía y talento, pero sobre todo, su alma, siempre nos llama a sus amigos para que constatemos en que forma, con los aportes generosos de personas y empresas, se han desarrollado proyectos como una moderna sala de computadores, donde niños y jóvenes aprenden a utilizarlos, o cuando se gradúan sus alumnos en pastelería, panadería, jardinería, joyería artesanal, auxiliares de oficina y de logística. ***Hoy hay 57 personas discapacitadas trabajando en 27 empresas de la ciudad. A esta maravillosa mujer la acompañan en su titánica labor además de Stella Rubiano, su mano derecha, Luz Amalia Legro, la eficientísima secretaria de Presidencia, 86 profesionales, auxiliares y administrativos. En 50 años, el Instituto ha beneficiado a 14.291 personas, matriculadas en programas educativos. ***Cambiar el viejo concepto de discapacidad ha sido la lucha de Leonor. No solo ha buscado asesoría de sicólogos, siquiatras y psicoanalistas sino que en el terreno ha obtenido casos casi milagrosos de evolución cognitiva. Dos alumnos del Instituto después de terminar sus estudios y conseguir trabajo, formaron un hogar y hoy tienen una niña sana y hermosa. *** Para celebrar sus Bodas de Oro, el Instituto organiza para el 29 de septiembre, una cena en el antiguo restaurante Cali-Viejo, hoy en poder de la Fundación Zoológico de Cali, que ha remodelado la antigua casona y quieren reinaugurarla con un evento especial y significativo. El valor de la donación es de $250 mil. ***ENTRETANTO: Rápidamente los últimos acontecimientos de la parroquia: 1) El Festival ‘Oiga, Mire, Lea’, en la Biblioteca Departamental, al cual han sido invitados Juan Arnau, de España, María García, de México y Gabriela Alemán, de Ecuador, se inició el martes. De Colombia, entre otros, está el escritor de moda, Héctor Abad, cuyo libro La Oculta, objeto de análisis con José Zuleta, carece de la estructura de Angosta, preludio magistral de El olvido que seremos. 2) Lo que el viento no se llevó, el libro que lanza Juan José Saavedra en el Spiwack, nos obliga a voltear el espejo retrovisor hacia el Siglo XX, época de sombras y genocidios, pero también el de las luces del conocimiento y la ciencia. 3) El Grupo Grajales estrena nueva imagen y acaba de lanzar en Cali el vino Gran Reserva, en homenaje al maestro Grau. Fue envasado en España por Carineña, con fusión de Garnacha, Tempranillo y Shyrá. ¡Salud!