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¡Votar la paz!

Pueblos y veredas que jamás han figurado en los mapas respiran tranquilos y vuelven a sentir el olor de la vida y no el de la sangre ni el desarraigo.

19 de diciembre de 2017 Por: Aura Lucía Mera

Las imágenes hablan por sí mismas. Me emociono al verlas en El Espectador del domingo pasado. En Cesar, departamento azotado por la violencia durante años, por el abandono del Estado, por el dominio de terratenientes y paramilitares, un grupo de la exFarc celebra en familia y en paz su primera Navidad. Se logró lo imposible. Lo impensable.

El Hospital Militar ya no es ese hospital de guerra donde cientos de soldados heridos, mutilados, copaban las salas de urgencia. Ya no sobrevuelan los helicópteros por el sur de Cali trasladando víctimas a la Valle del Lili o al Cantón Nápoles. Reina la calma.

Pueblos y veredas que jamás han figurado en los mapas respiran tranquilos y vuelven a sentir el olor de la vida y no el de la sangre ni el desarraigo. El miedo le ha cedido el paso a una convivencia armónica y las sonrisas han vuelto a iluminar las caras de adultos y jóvenes, hasta hace poco adustas, recelosas y marcadas por el temor.

Jóvenes desmovilizados de la guerrilla más vieja del mundo ya no piensan en las armas, ni en esconderse en el monte, ni tener que matar al ‘enemigo’, a lo mejor otro joven campesino de una vereda vecina. Empiezan a tener otras ilusiones, descubren que sí existe una oportunidad de una vida diferente .que cada ser humano es único e irrepetible, y que todos pertenecemos a una misma familia que se llama Colombia.

Retomo las palabras de monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, en su Pregón de Paz de Navidad. Se ajustan a los momentos que estamos viviendo en Colombia y la responsabilidad inmensa que tenemos cada uno de los habitantes de este país que atraviesa el momento más importante de su historia, para bien o para mal. Ninguno de nosotros podrá lavarse las manos de los resultados que nuestras acciones produzcan. Todos somos accionarios de lo que está en juego.

- “Desde el Templo Catedral de Cali, con el inicio de la Novena de Navidad 2017 convocamos a la Unidad a todos los hombres y mujeres de Colombia, especialmente a quienes encarnan las luchas en cada territorio, vereda, barrio, pueblo y familia para sobrevivir en las actuales condiciones del país. Como pueblo colombiano necesitamos unirnos en dos propósitos:

Pactar y mantener la convivencia pacífica, sin recurso a las armas y a la agresión. Construir una Patria incluyente y digna, libre de la guerra, la violencia, el narcotráfico, la política del odio y la corrupción.

Los colombianos necesitamos estar atentos a no dejarnos embaucar por la manipulación mediática. Por la exacerbación de los odios partidistas, por el azuzamiento contra excombatientes ahora desarmados, por el abuso de las feligresías religiosas para convertirlos en rebaños electorales, por la compra de votos y los aún vigentes riesgos de presión bajo las armas”.

- “La Paz nos convoca a despertar como Nación, como generaciones actuales, especialmente de los jóvenes que llegan a la ciudadanía bajo el principio que la Paz es el autogobierno del pueblo. La base moral sobre la que se hace legítimo un Estado”.

En otro reportaje que concedió al periodista Paco Gómez Nadal, monseñor Monsalve afirmó con su voz pausada pero de mensajes fuertes y claros: “La Paz en Colombia está secuestrada. Ha sido absorbida por el clientelismo y esas fuerzas que se expresan en el narcotráfico y otras formas de violencia. Poner el Acuerdo de Paz en manos de una democracia secuestrada ha sido un error y ahora se empiezan a ver sus consecuencias. El Proceso de Paz ha entrado en una ‘zona gris’”.

Monsalve le apuesta a la ciudadanía. -“Hay que ponerle Pueblo a la Paz”, ”el pueblo debe hacer suyo el Proceso y debe aprovechar el escenario electoral para hacerse oír. Votando se horizontaliza la Paz”.

Gracias monseñor Darío de Jesús por este mensaje directo sin dobleces ni mascaras. Ojalá esta Navidad del 2017 nos regale sentido común, para deponer odios, rencores, polarizaciones politiquerías. Nos regale sensatez para no votar por los mismos o los hijos de los mismos que seguirán en las mismas mientras millones de ciudadanos quieren una Colombia honesta, digna y en paz. Cada ciudadano es responsable de su voto. ¡Feliz Navidad!

AHORA EN Aura Lucia Mera