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¡Peligro en casa!

Hasta hace pocos días creía firmemente que el peligro estaba en las...

12 de abril de 2016 Por: Aura Lucía Mera

Hasta hace pocos días creía firmemente que el peligro estaba en las Bacrim, los Elenos, las Farc, la delincuencia común. En la contaminación, el terrorismo, la próxima guerra nuclear. Lo que no sabía ni me pasaba por la mente es que el enemigo más poderoso y letal lo tengo a escasos metros de mi cuarto.Todo empezó cuando leí que la ONU había declarado el Mes de Retrete. Pensé que se trataba de una broma y empecé a indagar sobre la peculiar fecha. Me encontré con noticias catastróficas. Sigo con los pelos de punta, “erizada”, como dice la Grisales. Mejor dicho, aterrada.Resulta que el retrete, sanitario, váter, escusado, inodoro, bombonera o como lo queramos llamar, es nuestro mayor enemigo. Entrego datos. Que cada lector los procese.Cada vez que lo usamos y descargamos el agua, tiramos de la cadena, oprimimos el botón o nos alejamos del sensor, salen disparadas al aire millones de bacterias, como si un dispensador las regara y llegan a varios metros a la redonda, dependiendo de la fuerza del agua al engullirse las heces, materia fecal o desperdicios corporales.Estas llegan hasta los cepillos de dientes que tenemos en el vasito del lavamanos, a las toallas, a los kleenex, a la bolsa de cosméticos y a todo lo que tenga al alcance. Según estudio reciente, en cada gramo de heces habitan diez millones de bacterias y virus.Recomiendan que lo ideal es descargar el aparato con la tapa puesta, mejor dicho tapado. Después, lavarnos muy pero muy bien las manos, cambiar de toalla de manos mínimo cada dos días, jamás secarnos la cara con ella y estar atentos de que el moho no entre al sagrado y contaminado recinto.Pero la más preocupante, higiene y virus aparte, es saber que en pleno Siglo XXI más de un millón de seres humanos defecan al aire libre; 2.500 millones carecen de un lugar que reuna las condiciones higiénicas y de seguridad; miles de niñas y niños son abusados sexualmente al verse obligados a hacer sus necesidades en campo abierto, a veces en la oscuridad. Ochocientos mil niños mueren al año por diarrea y enfermedades relacionadas con la falta de inodoros y agua potable, más millones de mujeres padecen enfermedades por no tener acceso a la mínima higiene en sus periodos menstruales.Y para terminar, con datos estadísticos y para que los adictos al celular lo piensen, hay más personas con teléfono móvil que con acceso a un sanitario decente. Y tres de cada cuatro se sientan en el trono con celular en mano, de los cuales 61% lee mensajes de texto, 38% navega en internet, 30% son hombres y 20% mujeres, con el catastrófico resultado, que el retrete, como lo llama la ONU, queda descargado y limpio mientras los móviles quedan impregnados de miles de bacterias fecales. Lo mismo sucede con las mujeres que llevan el bolso o cartera y lo ponen en el suelo cuando no hay percha.Remato comunicándoles que en los ombligos se acumulan hasta 2368 tipos de bacterias, y pensar que muchos y muchas no se lavan ese botón desde que les cortaron el cordón umbilical. No sé por qué pero empiezo a dudar seriamente si volver a estrecharles la mano a los señores, dudo de que se laven concienzudamente las manos cuando salen del watercloset. En ese aspecto las mujeres somos más fiables.PD. Los países desarrollados en peores condiciones higiénicas son Canadá, Gran Bretaña y Suecia. Menos mal que el colonialismo colombiano heredó el inodoro y la ducha de USA antes que Europa, ¡en algo teníamos que ganar!PD. Unámonos al Día Internacional del Retrete. No hay derecho que existan en Colombia lugares en que los ciudadanos carezcan de este derecho fundamental. Evitaríamos muchos problemas de salud y muertes prematuras. Es como pedirle peras al olmo. En Cali no hay baños públicos, cada cual se defiende como puede, muchas veces los centros comerciales sirven para ese alivio. Y ojo con los celulares, más respeto por el aparatico, convertido en portador letal fecal, lo que nos faltaba...

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