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Honorables padres de la patria

Acepto que hay excepciones, y algunos congresistas, ya sea en la Cámara...

15 de marzo de 2011 Por: Aura Lucía Mera

Acepto que hay excepciones, y algunos congresistas, ya sea en la Cámara o en el Senado de la República sacan la cara por Colombia y cumplen con honestidad las funciones para las cuales han sido elegidos. Pero no nos digamos mentiras. Desde que el país cambió de manos, y los paramilitares, los narcotraficantes y politiqueros rasos tomaron el mando, los personajes que se sientan en las curules del Congreso son de vergüenza.Empezando porque para llegar a ser parlamentario no existe ningún requisito. Cualquier analfabeto, si es elegido con votos comprados, amarrados, tiene derecho a ‘legislar’, a aprobar o suprimir leyes y proyectos. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos mucho, que la mayoría de los ‘honorables’ son personajes de bajo nivel, sin escrúpulos, con sus conciencias vendidas, si es que las tienen, movidos por ambiciones personales, afán desbocado de enriquecerse a como dé lugar, disfrutar de jugosos salarios y prebendas y pasearse por los recintos como pavos reales, eso sí sin hablar, porque los graznidos los descubrirían. La mayoría, vestidos por sus mismísimos enemigos, pero, eso sí, con la mirada aguda de los linces para aprovechar cualquier descuido, insertar micos o impedir leyes que les puedan molestar.El famoso Estatuto Anticorrupción quedó reducido a su más mínimo nivel. O sea, en plata blanca, que la impunidad sigue igual. La impunidad para ellos, porque podrán seguir con sus maniobras oscuras sin temor a perder sus curules o recibir sanciones de verdad. Los artículos claves para limpiar el Congreso quedaron mutilados.No se puede culpar al Gobierno Central. El proyecto que presentó era serio y enfilado a enfrentar de forma decidida la corrupción rampante que reina actualmente. Ojalá el presidente Santos no lo sancione. No podemos seguir en las mismas y con los mismos. Ojalá los colombianos reaccionáramos contra la corrupción de ‘los elegidos’. Mientras nos quedemos sentados, con la boca cerrada y la indiferencia nos corra por las venas, los ‘honorables’ seguirán haciendo de las suyas sin que pase nada.No menos vergonzosa la ‘alharaca’ del Partido Conservador porque les descubrieron las maturrangas y las trampas, los ilícitos y el saqueo en la Dirección Nacional de Estupefacientes. Pero los alaridos de protesta no son para sancionar los rateros, sino porque entonces “se van a quedar sin cuotas”. Y ahora que se acercan las elecciones crecerá el tsunami de compraventa, promesas, arreglos y maturrangas. Y los demás seguimos callados. Nos lo merecemos. No somos capaces de reaccionar.P.D. Felicitaciones a la doctora Diana Currea Perdomo. Además de ser una cirujana oncóloga brillante, es un ángel para centenares de mujeres sin recursos, víctimas de cáncer de seno, que sin su apostolado, dedicación y conocimientos, estarían condenadas a morir sin remedio. Personas como la doctora Currea y el doctor Ferrada que les devuelve la piel a los niños quemados en el HUV, de forma gratuita, amorosa, nos devuelven la esperanza de que no todo está perdido. Colombia afortunadamente tiene muchos miles de ángeles de la guarda que impiden que esta sociedad, tan desigual, injusta y corrupta, estalle en fragmentos. Si queremos la mayoría, el país puede cambiar. Podemos elegir bien, para que nos representen con altura y honestidad. No más corrupción.

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