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Grotesco

Parque de El Peñón. Rodeado de exclusivos restaurantes, apartamentos y boutiques. Me...

3 de marzo de 2015 Por: Aura Lucía Mera

Parque de El Peñón. Rodeado de exclusivos restaurantes, apartamentos y boutiques. Me siento en una banca. Prendo un cigarrillo y miro los cuadros exhibidos. Paisajes y frutas. Un puestico de artesanías. Una señora acompañada de su enfermera acaricia su perrito. El mamotreto de lo que fue La Sagrada Familia luce patético, mutilado, sin futuro.Un hombre se acerca al puesto de cigarrillos. Pregunta dónde puede conseguir un tarrito. No le sirve una botella vacía. Sus necesidades corporales son mayores. No existe un baño público en todo el sector. Alcanzo a oír que está urgido pero que si se acuclilla en el río lo agarra la Policía. No tiene donde meterse.Ningún restaurante ‘fino’ le permitirá la entrada. El parque es una opción imposible. No hay tarrito al alcance. Lo miro. Apago la colilla y me levanto. Yo si puedo entrar a los restaurantes del parque que cobran a precio de oro un plato de comida.Traigo este ejemplo para denunciar lo más aberrante y vergonzoso que sucede en Cali, a la vista de todos, ante la indiferencia de todos, y ante el no-me-importismo municipal.Cali, una ciudad de casi tres millones de habitantes no tiene baños públicos. Ni uno. Los ‘de a pie’ se ven obligados a ser cuerpos gloriosos. Los trabajadores del MÍO, los vendedores ambulantes, los agentes de Tránsito, los vendedores de periódicos, los que barren las calles, los niños que deambulan en los semáforos, los choferes de taxi, los vendedores de lotería y la lista podría ser infinita.Grotesco pero cierto. Ningún alcalde le ha puesto atención a este drama que sufren a diario miles de ciudadanos. La única opción, si están cerca, es ingresar con cara de compradores a algún Centro Comercial, depositar lo innombrable, y seguir su ruta. Los que pueden. Los demás, o sea la inmensa mayoría, ni siquiera tienen esa opción.Lo insólito es que desde hace muchos años sí existe una alternativa para solucionar este drama. ‘Bamocol’, y no estoy haciendo propaganda comercial, empresa que se dedica a buscar soluciones de sanidad portátil y aseo industrial, contribuyendo al bienestar y dignidad del ser humano.Bamocol ya le ha ofrecido al Dagma y a la Cámara de Comercio de Cali un programa gratuito de dos meses al municipio para demostrar la viabilidad del proyecto que ya se llevó a cabo con éxito en una administración anterior.Hasta el momento, mutis por el foro. Nadie responde. Nadie hace nada. Mientras tanto que miles de caleños sigan buscando tarrito o árbol. O que los Centros Comerciales sigan ejerciendo de inodoros públicos. O que continúe imperando la ley de “corre que te alcanzo” o sálvese el que pueda, o cargue su bolsita plástica como cualquier propietario de perros, que sí tienen quién les recoja.En Ecuador, cada pueblito andino, por pequeño que sea tiene en la plaza principal servicios públicos impecables, cuidados, limpios, con cuidadores pagados por las alcaldías o comunas, lavamanos, jabón, toallas de papel o secadoras de aire.PD: Tiene toda la razón el gobernador Ubeimar Delgado. El Gobierno Central, llámese Santos, se la está cobrando duro al Valle el hecho de haber apoyado la candidatura independiente para la Presidencia del Partido Conservador. No hay derecho. Pero lo más vergonzoso es que no protestamos. Los vallecaucanos somos abúlicos, egoístas, barre pa’ dentro, y la famosa Bancada Valluna en el Congreso no sirve para nada.

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