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Descubrir que el agua moja

Inconcebible que después de que este periódico, y varios columnistas en los...

10 de julio de 2012 Por: Aura Lucía Mera

Inconcebible que después de que este periódico, y varios columnistas en los que me incluyo, llevamos denunciando las atrocidades que suceden en el Hospital Universitario del Valle, apenas ahora (El País, lunes 9 de julio), se percate el ungido Ubeimar de lo que viene sucediendo en sus narices, en todos sus años de trasegar a fondo por la politiquería del Valle.Desde el corrupto gobierno de Abadía, afortunadamente destituido, lo que nadie se explica es cómo lo han podido elegir... O mejor dicho, sí lo sabemos, recuerdo una tarde en que llamé por teléfono a Víctor Manuel Salcedo, entonces su secretario de Gobierno, a denunciarle que se estaban robando la morfina, y que la escondían para no vendérsela a los pacientes del pabellón de quemados. Personalmente averiguó y constató que no solamente se robaban la morfina y otras drogas, sino que se sacaban la carne entre los calzones y las medias, y se feriaban todo lo que se les venía en gana. Abadía creó una nómina paralela que da asco, no solamente por la cantidad  sino por la calidad de sus funcionarios. Basta decir que tienen de ‘jefe de prensa’ a la esposa de un locutor, reconocido por sus calumnias. Nunca se hizo nada. María Lucero Urriago, más conocida por sus tacones puntilla y la alegría con que se trepa a su blindada que por sus conocimientos, es intocable.Cuando Lourido estaba de gobernador encargado, invité a su secretario de Gobierno, Juan Esteban Ángel, a que conociera el infierno de Dante que es Urgencias y al horror sin límite que es la morgue donde se apelotonan cuerpos como embutidos en una lavadora, mientras el pabellón de niños quemados no tiene ni colchonetas para que sus mamás puedan acompañarlos en esas largas noches de dolor. Con mucha sensibilidad, Juan Esteban lloró, y se negó a visitar la morgue. Pero jamás pasó nada. Porque lo único que es cierto es que jamás, nunca pasa nada. El Hospital Departamental, fue alguna vez un faro en Colombia de investigación, pulcritud, eficiencia y probidad. Desde hace varios años se convirtió en la cueva de Alí Babá y sus cientos de ladrones. Para nadie es un secreto que es el fortín político de algunos gamonales y gamonalas del Departamento, afortunadamente algunos ya están siendo investigados. Para nadie es un secreto que a nadie le importa un pito que el paciente se muera. Uno más en la lista. Uno más para embutir en las neveras de la morgue mientras alguien lo reclama... No es mentira. En una de las neveras había un balde rojo con una pierna adentro. Como un florero de dedos.A ver si el ungido Ubeimar, que está más amarrado que preso de Guantánamo, logra no sólo desenmascarar todas las porquerías que suceden en el HUV, sino ponerse los pantalones y enderezar su funcionamiento. Son seres humanos los que están en juego. Es la vida o la muerte para la gran mayoría. A ver si esta visita dignataria no se queda en eso, una visita con llanto y no más.Destaco el trabajo apostólico de muchísimos de sus médicos, que batallan contra la muerte y contra la burocracia más podrida. Todos los que siguen creyendo y practicando el juramento de Hipócrates, galenos, enfermeras, auxiliares, laboratoristas, trabajadoras sociales. En ellos, y no en los políticos corruptos es que está la salvación del Hospital.

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