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Desbocados

Dios quiera que en esta carrera insana la cordura se imponga. No podemos permitir de nuevo que Cali caiga en la incompetencia, la deshonestidad, la politiquería sucia y corrupta.

4 de marzo de 2019 Por: Aura Lucía Mera

Impresionante la ‘largada’ de los futuros aspirantes a la Alcaldía de Cali. Contenidos tras la barrera se apelotonan para desbocarse. Desbocarse en una carrera insensata tras la piñata. Da vergüenza ajena y propia.

Esta avalancha me recuerda esa época nefasta que llevó a Cali a su más humillante y oscuro lodazal, del cual casi no salimos, cuando Apolinar Salcedo ‘ganó’ el trofeo.

Una mañana en mi apartamento del edificio Domínguez contesté una llamada telefónica. No existían los celulares. El teléfono era ring, ring. Un conocido de autos y cercano por circunstancias que no vienen al caso mencionar, nunca amigo de verdad, me soltó la frase: “- Te cuento que me lanzo como candidato para la Alcaldía”. Respondí incrédula: “-¿Cómo así? ¿Por qué?”. Respuesta verídica del personaje en cuestión: “-Estoy mal de plata. Voy a poner mi nombre a rodar y a sonar y algo saco“.

Efectivamente así sucedió. Logró mucho. Saco mucho. Triste recordación. Verídica. Sucedió. Y volverá a suceder.

Maurice Armitage se ganó el título, luchado con lágrimas, a contracorriente, peleando como un titán por su ciudad, repito, el título ya reconocido nacional e internacionalmente como el Mejor Alcalde que ha tenido esta ciudad.

Sus apuestas en educación, en salud, en cerrar las brechas de desigualdad, en reforzar el Jarillón, en la reubicación de familias, en becas universitarias, en honestidad y trabajo incansable con las comunidades, en esa entrega apasionada y desinteresada hacia su comunidad, tragando fuerte, recibiendo ataques, incomprensiones, calumnias de enemigos gratuitos y politiqueros que no vieron mermelada.

Entregará una ciudad equilibrada, pujante, con espíritu cívico, con zonas verdes preciosas, un parque lineal que terminó las fronteras invisibles de la segregación, honrando el río, ciclorrutas. En fin, entrega total. Exhaustiva.

Botín perfecto para los politiqueros y avivatos de turno. Ya, y desde hace rato, emisoras ‘de sobre’ promoviendo candidatos. Esparciendo mentiras y noticias falsas. Otros oportunistas que lanzarán la red a ver qué pescan, algunos populistas.

Cali está como la cereza del postre. Fruto de una labor de equipo honesta que hizo lo que pudo porque milagros no existen y deja sentadas unas bases de progreso y oportunidades de trabajo e inversión hace tiempo no soñadas.

Dios quiera que en esta carrera insana la cordura se imponga. No podemos permitir de nuevo que Cali caiga en la incompetencia, la deshonestidad, la politiquería sucia y corrupta.

Cada caleño debería mirar y estudiar con detenimiento las propuestas de los ‘candidatos’. Algunos nos pueden aportar muchísimo. Otros nos robarán y pescarán para ellos. Depende de cada uno de nosotros.

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Posdata
. Mientras tanto sigamos apoyando a Maurice Armitage. El sigue siendo, hasta que entregue la antorcha, el primer mandatario de la ciudad y su labor no ha terminado. Esa es nuestra responsabilidad como ciudadanos. El futuro de Cali no se puede feriar al primer culebrero que empiece a sonar. Ojo con las famosas emisoras populares. Son las que mueven masas, ofrecen mentiras y confunden. Ellas tienen el gana-gana del sartén por el mango. Y jamás tienen nada que perder. Esta carrera desbocada nos puede llevar al de desbarrancadero de nuevo. ¡Estamos a tiempo!

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