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Arzobispo bandera

Recuerdo nuestro primer encuentro. La vieja casona arzobispal, en una época ya...

29 de marzo de 2016 Por: Aura Lucía Mera

Recuerdo nuestro primer encuentro. La vieja casona arzobispal, en una época ya lejana sede del colegio del Sagrado Corazón. El propósito, una entrevista con el recién nombrado arzobispo Darío de Jesús Monsalve. Con Beatriz López, grabadora, libreta y bolígrafo emprendimos la charla.Desde ese momento me di cuenta que el Valle se había ganado el baloto con este hombre. Claro en sus conceptos. Directo en sus respuestas. Comprometido hasta el tuétano de sus huesos en su vocación de servicio. Sin pelos en la lengua, como lo califica Paola Gómez en su excelente reportaje del domingo pasado.No es plato favorito de muchos heliotropos caleños, quienes lo tildan de comunistoide, izquierdoso, inclusive peligroso. Él se define, muy al contrario, como “conservador y ortodoxo, pero de mente abierta” y que su función como pastor católico es “construir puentes entre los adversarios, los extremos”.Estoy de acuerdo con sus respuestas. Este proceso de paz ha estado plagado de mentiras informativas. La polarización y los rencores políticos. Y la realidad es que el proceso de paz con las Farc es un proceso serio y que se debe continuar. Y no tratar de meter al ELN en el mismo saco, porque son estructuras totalmente diferentes.También estoy segura que le seguirá metiendo muela a la investigación y sanción de la pederastia sacerdotal. Darío de Jesús no comulga con ruedas de molino.Los vallecaucanos tenemos la fortuna de que un hombre de esta estatura moral, de estos valores éticos inamovibles y ese compromiso social sea el Pastor de los católicos. El Valle y Cali, como él lo afirma, necesita una reingeniería. No seguir funcionando aisladamente. No como municipios autistas y cerrados lo que nos impide crecer como Departamento.PD. Pregunto si la carretera al mar, la que se inicia en el despelote de la rotonda de María Mulata en el Oeste y continúa caótica y sin dolientes hasta el Kilómetro 18 donde ya se sale de madre, tiene dolientes. ¿Es responsabilidad del Municipio? ¿Del Departamento? ¿De la Nación? ¿Y que para ponerle la fresa a la crema, no cuenta con la debida vigilancia por parte de la Policía Metropolitana que se hace la de la vista gorda y manipula a su antojo?Inconcebible que para todo el corregimiento solo se cuente con el servicio de una camioneta Duster y que la Mazda haya sido devuelta a la Alcaldía, ¿“por el alto costo de mantenimiento”?Se envían cartas, se hacen peticiones debidamente sustentadas, y la Alcaldía y la Policía se intercambian las misivas sin ponerle remedio al problema. A la hora de la verdad no asoma ni la camioneta, ni existe suficiente vigilancia y nadie se responsabiliza. Y ya que estoy en este tema, la carreterita Saladito-Felidia es un matadero público. Con un tráfico impresionante, se cruzan chivas, motos, ciclistas, camionetas, carros, peatones, sin ninguna señalización. Un camino de herradura que quién sabe cuál administración pavimentó sin trazado, sin ampliarlo, como quien dice ahí tienen, sálvese el que pueda.Porque la verdad es que no se trata de una carretera cualquiera. Es la salida de Cali hasta Loboguerrero y además intercomunica siete corregimientos del Municipio. Los trancones desde el 18 hasta la Portada al mar a veces se convierten en viacrucis de dos y tres horas. Las motocicletas zigzaguean como abejas y los buses y busetas no respetan ninguna curva. Al llegar al municipio de Cali las basuras hieden, los jeeps frenan en seco y no asoma un solo policía de tránsito. Para abreviar es una salida y entrada a la ciudad que da vergüenza, y nadie parece apersonarse de la situación.PD. Impecables las ceremonias Santas en la Parroquia de los Sagrados Corazones en El Saladito. Un sacerdote claro y carismático. Fervor. Entusiasmo. ¡Como debe ser!

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