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“Soy manso y humilde de corazón”

El Señor Jesús, que con su propia vida nos mostró lo que...

3 de julio de 2011 Por: Arquidiócesis de Cali

El Señor Jesús, que con su propia vida nos mostró lo que significa la verdadera mansedumbre y humildad de corazón, nos exhorta a vivir de la misma manera como condición indispensable para alcanzar nuestro descanso, es decir, nuestra paz.Basta contemplar el mundo en que vivimos para aceptar que, lejos de haber entendido el mensaje del Señor, lo que mueve el corazón y la vida de muchas personas pareciera ser la arrogancia, la prepotencia, el egoísmo o el orgullo. ¿Qué parte de la lección del Divino Maestro es la que nos cuesta entender? ¿o será que Jesús no es nuestro Maestro? Si lo que sucede es que nos cuesta entender la enseñanza de Jesús, será necesario entonces contemplar una y otra vez su propia vida: al Rey de reyes despojado de su rango y asumiendo la condición de esclavo, al Hijo de Dios hecho hombre naciendo en una pesebrera, al Mesías que no vino a ser servido sino a servir, al varón de dolores, al siervo sufriente, flagelado y crucificado por nuestra salvación… Y pedirle al mismo Señor Jesús que nos ayude, si no a entender completamente, por lo menos sí a aceptar que el camino que Él nos ha trazado, es el Único Camino que nos puede conducir a la paz que tanto anhelamos.Pero si lo que ocurre es que a Jesús no lo consideramos nuestro Maestro y por eso no lo seguimos, no nos queda sino preguntarnos sinceramente si vale la pena seguir lo que seguimos o a quien seguimos si, en definitiva, no nos trae la paz. Y aunque duela aceptar que nos hemos equivocado, nunca será tarde para escuchar la invitación del Señor: “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los haré descansar”.

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