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Preparemos el camino del señor

No importa cuál sea nuestra situación, él nos ama porque somos sus hijos y nos quiere salvar, basta que lo busquemos de corazón, él se colocará en nuestro camino para que lo encontremos, y así le demos sentido pleno a nuestra vida.

5 de diciembre de 2021 Por: Arquidiócesis de Cali

Escrito por: monseñor José Soleibe A., obispo de Caldas

En el Evangelio, Lucas nos presenta una realidad concreta, histórica, dolorosa. Cristo se hizo hombre en tiempos difíciles; los gobernantes de entonces, famosos por su crueldad y avaricia: Poncio Pilatos, Tiberio César, Herodes aparecen en un escenario de opresión; los pobres, los campesinos, los que estaban fuera del sistema, eran los que más sufrían las imposiciones imperiales, si bien también estaban contagiados de la misma mentalidad egoísta y corrupta de sus autoridades: inconformes con su situación, pero acomodados a ella.

En este difícil escenario Juan levanta la voz en el desierto. Se acercaba el tiempo de Jesús; y él era su vocero, encargado de preparar el camino del Salvador que había de liberarlos de tantas injusticias, del egoísmo, de tanta maldad y violencia, es decir, del pecado, raíz de todos los males.

Al prepararnos para vivir de nuevo este acontecimiento vemos como la historia se repite: seguimos dominados por el pecado, con gobernantes que han perdido el sentido de la política, convertida en un instrumento de corrupción y un pueblo, que ha perdido el sentido de la trascendencia, que vive para el hoy, que ha desplazado el ser por el tener; tener para consumir y para el placer.

El Señor nos pide nuevamente el arrepentimiento para perdón de pecados, origen de todos los males que ahora experimentamos: odios, falta de amor y mucha violencia: En el tiempo de Adviento oigamos la voz del Señor que nos dice que “Preparemos el camino del Señor, que enderecemos el camino: busquemos el perdón de los pecados”.

Este es el mensaje que el tiempo de Adviento no da: No sigamos caminando a oscuras, abramos los ojos: ya la pandemia nos ha recordado lo frágil que es la vida. No nos dejemos aplastar por el corre corre de la vida. Dios nos llama a todos y a todas al arrepentimiento y al perdón de los pecados. Nadie es excluido de la salvación. Adviento, es el tiempo de la promesa: la salvación es para todos y todas, pero debemos esperarla con fe. Pensemos con alegría en ese Dios cercano que es amor y nos llena de esperanza. No importa cuál sea nuestra situación, él nos ama porque somos sus hijos y nos quiere salvar, basta que lo busquemos de corazón, él se colocará en nuestro camino para que lo encontremos, y así le demos sentido pleno a nuestra vida.

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