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Navidad 2021

En medio de las incertidumbres de una pandemia que sigue todavía amenazando con su expansión y muerte, llegan estos días de solaz, con un mensaje cargado de esperanza y de futuro.

19 de diciembre de 2021 Por: Arquidiócesis de Cali

Escrito por: monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, obispo auxiliar de Cali

“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador… su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación” (Lucas 1, 46.49-50).

En medio de las incertidumbres de una pandemia que sigue todavía amenazando con su expansión y muerte, llegan estos días de solaz, con un mensaje cargado de esperanza y de futuro.

Con María, la madre de Dios y madre nuestra y con San José, nos reunimos en torno del pesebre para disponer los corazones de todos y decir, como lo hiciera Isabel durante la visita de la Virgen de la dulce espera, “bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (Lucas 1, 42). Isabel, la anciana que no había podido engendrar un hijo, esperaba a Juan el bautista; María, la joven mujer que, sin tener relación con ningún varón, engendró un hijo “por obra del Espíritu Santo”. Ambas, ante la adversidad y la incertidumbre, alaban a Dios por la obra que ha realizado en ellas. La fe pudo más que los problemas. La esperanza las animó a seguir mirando el futuro con ilusión.

Con el ejemplo de estas mujeres, los invito para que también ustedes, los lectores vivan con esta tónica la Navidad 2021. No podemos desconocer que este ha sido un año probado por la covid y las consecuencias de una situación social límite que revelaron nuestra fragilidad y los profundos problemas que tenemos que resolver.

Por eso el mensaje es claro. El futuro está en las manos de Dios y en las nuestras. En las de Dios, pues su Espíritu nos ilumina para que nuestros comportamientos y acciones sean justos y rectos; y en las nuestras, pues está en nuestras manos la voluntad de ser consecuentes y buscar conjuntamente la resolución de los conflictos, la paz, la reconciliación y el bienestar de todos, no de unos pocos.

Seguramente, al poner atrás nuestras miradas, vamos a descubrir que hay motivos de sobra para dar gracias a Dios por la vida que nos ha regalado y por haber podido salir airosos de las contingencias y pruebas.
También, oramos y damos gracias a Dios por las vidas de los seres queridos que han partido. A ellos, en esta navidad los vamos a tener muy, pero muy presentes.

Navidad es dejar que el Dios niño venga y haga con nosotros el camino. Los invito para que juntos, caminen con la Sagrada Familia por los caminos del mundo, sembrando la semilla de la esperanza y de la vida nueva que anhelamos. Feliz Navidad 2021.

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