El pais
SUSCRÍBETE

El perdón: experiencia del amor de Dios

La violencia manifestada en asesinatos, masacres desapariciones y desplazamientos, hace que a...

12 de septiembre de 2010 Por: Arquidiócesis de Cali

La violencia manifestada en asesinatos, masacres desapariciones y desplazamientos, hace que a muchas víctimas, les cueste perdonar de corazón dichos crímenes y delitos de lesa humanidad. La espiral de violencia sólo se acabará cuando dichas heridas se sanen con el bálsamo suave del perdón, expresión del verdadero amor.En la plenitud de los tiempos Jesucristo en su persona, en su actuar y en su enseñanza, manifestó el rostro de Dios, Padre misericordioso. San Lucas es el Evangelio que mejor nos transmite esta buena noticia.En medio del doloroso conflicto que vivimos en las familias, pueblos y ciudades, es urgente matricularnos en la escuela del perdón y de la reconciliación, que sana tantos corazones heridos por deseos de venganza, de odio y de rencor.Con tres comparaciones sencillas: la oveja descarriada, la moneda perdida y el hijo pródigo, el Señor Jesús resalta el gozo y la alegría de recuperar lo que estaba perdido. En toda época han existido grupos de personas puritanas, como los escribas y los fariseos, que se creen mejores que los demás. Pero ha existido también el grupo de marginados, excluidos y pobres. Para escándalo del primer grupo, Jesús de Nazaret se situó en el mundo de los marginados y desde allí llamó a unos y a otros a creer y a confiar en el amor misericordioso de Dios.Con las comparaciones de la oveja descarriada, de la moneda perdida y del hijo pródigo, el Señor Jesús nos muestra la alegría grande que causa al corazón de Dios el hecho de dejarnos encontrar por Él. Dios siempre es un Padre que espera el regreso del hijo que lo abandonó.Cada uno de nosotros en su vida es como el hijo menor o como el hijo mayor de la parábola. Con una ternura inmensa el Padre Dios siempre está dispuesto a la acogida y al perdón tanto del hijo menor como del hijo mayor.Decidámonos a salir de nuestra situación de pecado y de lejanía, sabiendo que Dios Padre misericordioso nos acogerá sin reproche y nuestro regreso a casa, será motivo de gran gozo y alegría.

AHORA EN Arquidiocesis De Cali