El pais
SUSCRÍBETE

El encuentro con Jesús

Jesús nos buscó a nosotros y lo dio todo por nosotros, ahora nos toca suplicarle que nos abra los ojos de la fe para poder vivir ese amor de Dios

18 de abril de 2021 Por: Vicky Perea García

Por: monseñor José Soleibe Arbeláez, obispo de Caldas

Los discípulos, al regresar de Emaús, contaron lo que había pasado en el camino y cómo Jesús se les había dado a conocer al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: “Les traigo la paz”. Ellos quedaron atónitos del miedo, pensando ver un fantasma.

Al pensar y analizar este mundo tan descuadernado que tenemos, bien podemos darnos cuenta que algo no está marchando. También a nosotros Cristo resucitado nos vino a traer la paz, entonces ¿por qué tanta violencia en el mundo? Los apóstoles, al ver a Jesús, quedaron “atónitos”, sorprendidos. Pero después esa realidad los llevaría llenos de alegría y entusiasmo, a ser los testigos, los transformadores del mundo, pero nosotros tenemos el problema de habernos habituado a una verdad que simplemente se nos quedó en la mente, pero no en la vida; no hemos renacido de nuevo, no hemos comenzado una nueva vida en Cristo.

Los dos Apóstoles al constatar que Cristo estaba vivo, corrieron a contarles a los demás compañeros. Era una gran noticia y no podían quedarse callados. Es la misma fuerza que experimentó luego San Pablo cuando decía: “No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”; se siente sostenido, fortalecido y “lleno” de algo que es decisivo en su vida, algo que lo mueve y que no encuentra en otra parte. Felizmente ya muchos cristianos viven esta experiencia de Dios, pero muchos de nosotros, ¡no! Necesitamos algo más; nuestra fe está llena, pero de palabras, teorías; nuestra preocupación debe ser algo más que sufrir por las restricciones que nos imponen por la pandemia, por la falta de las procesiones, cosas muy importantes, pero no esenciales.

Es necesario que también nosotros tengamos ese encuentro con Cristo resucitado; Jesús nos buscó a nosotros y lo dio todo por nosotros, ahora nos toca suplicarle que nos abra los ojos de la fe para poder vivir ese amor de Dios, fundamental para marcar nuestra vida, para iluminar todas nuestras relaciones, llenas de amor y solidaridad. Pidamos al Señor que nos de la gracia de desear sinceramente ese encuentro con Dios que nos lleve a buscarlo, como María, aunque estemos en la oscuridad por nuestros problemas y falta de fe, con la seguridad de que Cristo resucitado se nos presentará en el camino de la vida.

AHORA EN Arquidiocesis De Cali