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Caminamos juntos siguiendo la estrella

estos desafíos debemos responder con una mentalidad nueva de unidad, de fraternidad, de perdón, de justicia y de respeto por las diferencias.

2 de enero de 2022 Por: Arquidiócesis de Cali

Por: monseñor Édgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira

Hoy la Iglesia católica celebra la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación de Dios a todas las culturas y razas del mundo representados en la persona de los sabios de oriente, llamados tradicionalmente, los reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltazar.
Iniciar el año del Señor 2022 es una novedad esperanzadora que Dios nos ofrece para reactivar nuestros compromisos de evangelización, con un título muy sugestivo: “Iglesia sinodal, comunión, participación y misión”.

La propuesta de la Iglesia sinodal se puede traducir como un “caminar juntos” donde todos los bautizados del Pueblo Santo de Dios tenemos derecho y deber de escuchar, discernir y trazar las líneas pastorales que el Espíritu Santo a la luz de la Palabra de Dios va suscitando en la Iglesia para que crezca y continúe su peregrinación por este mundo creado.

Las encíclicas ‘Laudato si’ y ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco han descrito la profundidad de las fracturas que marcan hoy los caminos de la humanidad: pandemia, violencia, divisiones políticas, hambre, ideologías de género, desacralización (agnosticismo, ateísmo, secularización), cambio climático, las migraciones. A estos desafíos debemos responder con una mentalidad nueva de unidad, de fraternidad, de perdón, de justicia y de respeto por las diferencias.

Los sabios de Oriente vieron una estrella luminosa como un signo de Dios para mostrar en el niño de Dios, recién nacido, “el camino, la verdad y la vida” que el mismo Jesús proclamo cuando comenzó su misión en el mundo. Juan 14, 6. Ahora entendemos mejor por qué los cristianos en sus orígenes fueron llamados “los discípulos del camino”.

Si en la Navidad recibimos muchos dones y regalos; así como los reyes magos ofrecieron oro, incienso y mirra al niño Jesús, ahora debemos regalar a Dios lo mejor de nuestras vidas para construir juntos la tan anhelada civilización del amor.

Reciban, queridos lectores, muchas bendiciones en este nuevo año del Señor 2022.

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