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Ánimo, no estamos solos

La respuesta de Jesús a la inquietud de sus discípulos vale también para nosotros hoy, sumidos en tantos interrogantes que ha sacado a la luz esta crisis.

24 de mayo de 2020 Por: Arquidiócesis de Cali

Por: monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo auxiliar de Cali

Estos días de larga cuarentena -experiencia nunca vivida por la mayoría de nosotros-, uno de los sentimientos que más se percibe es el de la incertidumbre. Parece que la irrupción del Covid-19 en el planeta, generando la detención de todas las actividades humanas, ha producido el sentimiento de que no tenemos nada asegurado.

¿Qué va a pasar ahora? ¿De dónde nos aferramos para seguir adelante?
Como estas, muchas preguntas pueden rondar en nuestra cabeza. Una especie de sentimiento de impotencia y al mismo tiempo de orfandad.
Tal vez es lo que los discípulos experimentaron en sus corazones ante la ascensión de Jesús al cielo. ¿Y ahora qué vamos a hacer? ¿Quién nos va a guiar? ¿Cómo vamos a enfrentarnos a un mundo sin el Maestro?

A esto el Señor les asegura que no estarán solos: «Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos» (Mt 28,20). Les promete una nueva forma de estar presente, de acompañarlos para enfrentar lo que esté por venir. Y parte de ello es la promesa del Espíritu, del cual Jesús les dice: “Él les enseñará todo”; “Él los conducirá a la verdad completa”.

La respuesta de Jesús a la inquietud de sus discípulos vale también para nosotros hoy, sumidos en tantos interrogantes que ha sacado a la luz esta crisis. Como creyentes también para nosotros es la voz del Señor: no estamos solos, Él está con nosotros todos los días y con Su Espíritu nos fortalece para transformar nuestras dudas en seguridad; de Su Mano las cosas siempre serán nuevas.

Analistas de flujos de información a través de las redes sociales y el uso de la internet en estos tiempos de pandemia, han concluido que la búsqueda de temas espirituales se ha incrementado ¡en más de un 900%! Esto significa que el corazón de las personas está inquieto y buscando respuestas a sus preguntas fundamentales. Allí los creyentes en Jesús tenemos una oportunidad de ser sembradores de esperanza.

En el evangelio de esta solemnidad de la ascensión del Señor, Jesús nos dice: «Vayan». Tal vez las restricciones no nos permitan ir físicamente hacia las personas angustiadas; pero sí podemos “habitar la internet”, con la buena noticia de decirles que no tengan miedo, que no se dejen robar la esperanza, que hay alguien a quien tal vez no vean con sus ojos, pero pueden descubrir y que ha prometido estar todos los días presente, fortaleciéndoles con su compañía.

Y lo pueden encontrar en la oración familiar, por medio de la Sagrada Escritura; en la paz de salir de la indiferencia para hacer algo por aquellos que en condiciones más vulnerables a la pandemia deben sumar el sufrimiento del hambre y la falta de condiciones de una vida digna; en tantos hombres y mujeres que, con valentía, olvidándose de sí mismos lo están dando todo para procurar salvar a los demás.

Definitivamente no, no estamos solos.

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