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Todo es igual pero algo es distinto

Pasó el primer chaparrón y no hubo inundaciones para lamentar. El lunes...

25 de noviembre de 2012 Por: Antonio José Caballero

Pasó el primer chaparrón y no hubo inundaciones para lamentar. El lunes de entrada a la sala de Diálogos por la Paz en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba, las Farc dieron el primer golpe político que, aunque esperado, no dejó de sorprender a la prensa internacional por el aparente contenido del anuncio: “Ordenamos suspender las acciones militares contra la Fuerza Pública y los atentados contra la infraestructura del país a partir de las cero horas del 20 de noviembre de 2012, hasta las cero horas del 20 de enero de 2013”, anunció con voz de mando ‘Iván Márquez’, segundo de la guerrilla más vieja del mundo, quien en realidad se llama Luciano Marín Arango en su cédula colombiana.Vino entonces la rebambaramba, palabra muy cubana de los reporteros que estábamos allí. Algunos logramos explicaciones del anuncio. Todos coincidieron que era “una muestra de voluntad por la paz de Colombia, para que el trabajo que se iniciaba, fuera de buenos frutos y con la mejor intención”.Hasta allí, todo normal. Deducciones que nos llevaban a pensar: si esto es lo que quieren y pueden, ¿por qué no hacerlo pronto y definitivo para que pare la guerra? Pero es una buena entrada en esta oportunidad en la que las Farc siguen dando golpes efectistas como el anuncio, mientras el Gobierno se limita a llegar a la mesa de diálogos, que es su sitio, sin reacción, palabra elegida por los medios para empezar el relajo de El Caguán.Un día antes del descanso, otra declaración acusando a la Policía de perseguir y acosar a la guerrillera ‘Mireya’ y a su familia para que diera información sobre un comandante de la zona occidental del frente ‘Alfonso Cano’. Esto no pasó de anuncio provocador.Fue ‘Jesús Santrich’ quien resumió el trabajo: “Todo va con buen ritmo. Estamos con buen ánimo y en la dirección correcta”. Resumen que deja buen sabor de los primeros días sobre el espinoso tema del agro colombiano.Lo que me hace decir que esto es “lo mismo pero distinto”, es que parece que cada uno está en su lugar. Las Farc demuestran que poco han cambiado en estos diálogos. Parece que imaginaron un nuevo Caguán en La Habana pero esto no va a ser así. Aparte de sus arengas, oídas hasta la saciedad, nada nuevo hay en su discurso.La tregua es unilateral, y ojalá se cumpla por todos los frentes de las Farc, porque ya se violó en el norte del Cauca. Otra vez allí, en el feudo sangriento del Sexto Frente y en el sitio inalcanzable para las fuerzas militares que no pasan de El Palo hacia la cordillera a pesar de que a pocos metros está el primer retén de la guerrilla.Eso sí, hay que cogerle la palabra a ‘Iván Márquez’: “Estamos trabajando de la mejor manera con la verdad para llegar a la paz que queremos todos los colombianos”, frase que atribuyó al libertador Simón Bolívar. Si bien no recuerdo esta frase, se la valgo si es por la reconciliación de nuestro país cansado de la violencia.Si se quiere llevar a buen puerto, el proceso debe estar blindado del espectáculo. En ese sentido, el equipo que dirige Humberto De La Calle está en lo suyo. Sin iras salidas de tono como en Oslo. A cambio, con la cordura y la paciencia que ha demostrado en Cuba. Eso es lo nuevo. Él lo dijo: “sin espectáculo y con logros para lo que quiere la gente, la paz”.“De todos los famosos escándalos siempre hubo comienzos de buenos respetos”, decía el español fray Antonio de Guevara.