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Ser honestos y cumplir

A mediados de esta semana se realizó un foro para analizar y...

18 de diciembre de 2011 Por: Antonio José Caballero

A mediados de esta semana se realizó un foro para analizar y revivir todo lo que concierne a la llamada ‘cultura ciudadana’ de la cual es padre y auspiciador en Colombia el profesor Antanas Mockus.Allí se hicieron análisis que marcaron directrices de lo que puede ser esta salida social. Si bien ya pasó en la era de los mimos y las señales de estrellas en las calles para evitar accidentes, y las concentraciones alrededor de la música hip-hop o rock, o champeta, o rap. Son las vías para tratar de detener tanta violencia callejera entre los jóvenes de nuestro país, azotado por la violencia de los mayores, y por los desastres naturales que inundan e incomunican el país. Mejor dicho: hay que seguir escuchando con la gente. Y la única manera de hacerlo con algún resultado es mediante un líder creíble que no mienta y cumpla con lo que promete en las campañas.Se dijo en el foro colombo-alemán que “la crisis de la convivencia en Colombia, es una crisis moral en la confianza hacia la democracia”. Y se culpó de ello a los líderes corruptos que los hay a montones en este país, por estimular con sus acciones a una ciudadanía “egoísta y violenta”.Hay muchas formas de cultura ciudadana. Lo que tienen que pensar y ejecutar los nuevos alcaldes y gobernadores es cómo identificarse con la ciudadanía para que acepte y cumpla las reglas construidas entre gobernantes y gobernados. Resumiendo: hacen falta nuevos pactos de convivencia en lugar de nuevos códigos de Policía.Los que tenemos son laxos y permisivos con los atracadores que cada vez pasan menos horas en detención. Lo que necesitamos es una ciudadanía liderada por alguien creíble que inspire confianza y promocione la participación ciudadana en cada uno de los elementos de seguridad, producción y bienestar. Las administraciones que inician el próximo primero de enero tienen el reto de demostrar su capacidad de solucionar los problema que agota al ciudadano de a pie.¿Cómo se explica lo de Bogotá? Las inundaciones en barrios que albergan a millares de ciudadanos cuyo pecado fue caer en manos de gobernantes mentirosos, curadores amancebados con piratas de la construcción y constructores sin ética que hicieron proyectos en terrenos bajo el nivel del Bogotá, uno de los ríos más podridos del mundo.Claro, las aguas fueron creciendo y rompieron los límites de los piratas y todo el hedor de la capital y sus alrededores se regó por Bosa, Tierra Buena, Patio Bonito, Chía y otros lugares que antes no había tocado. Y nadie da la cara y ninguno tuvo la culpa. Solo la tierra, el agua y los desperdicios que no hablan.Ni hablar de lo que pasa en las vías de Bogotá. Creo que el próximo año la capital va a sufrir con más vías cerradas y muchos más vehículos. Por supuesto, menos espacio para convivir.Que suba todo. Que aumente todo, sin pensar en el ciudadano común que es el que pierde la posibilidad de vida de su ciudad. Y los pocos causantes de estos desastres están en la cárcel condenados a penas ridículas que les permitirán burlarse de un país trabajador al que robaron. Decían en el foro: “Las ciudades requieren construir nuevas visiones de hábitat. Lugares para vivir y expresarse, y no sólo para transitar y consumir”.Esto, señores alcaldes y gobernadores, se logra a través de un principio sincero: ser honesto y cumplir.