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Cali puede y tiene con quién

Estuve en la feria. Volví a los andares callejeros de antaño, y...

30 de diciembre de 2012 Por: Antonio José Caballero

Estuve en la feria. Volví a los andares callejeros de antaño, y me voy feliz porque todo fue en paz, con sonrisa, con agrado, con gusto y con cifras que dejan un buen año para el alcalde Guerrero Velasco: Como hombre de paz, él logró en esta feria cosas importantes como que la cabalgata fuera como debe ser para mostrar la pericia de los chalanes y la belleza de los equinos que cada vez muestran esa riqueza del paso colombiano tan famoso en las pistas del mundo.Se pudo hacer la cabalgata sin cortar los árboles que todavía nos debe la administración anterior. Se pudo hacer un festival de orquestas con el máximo talento colombiano , y con orquestas como los Van- Van que dejan facturas mucho menores a las que nos mostraron en ferias anteriores.Hubo recuerdos gratos, que es lo más bonito que tiene esta tierra amable cuando graba lo bueno y olvida lo malo. Añoramos al maestro Varela que nos dejó este año que está por terminar. Lo homenajeamos en el parque, en la calle y en la rumba, sin olvidar los ancestros que han dado el título de la Capital Mundial de la Salsa a este cielo de la alegría.No faltó, por supuesto, Delirio. Ese hermoso espectáculo de luces, sombras, acrobacias, sonrisas y ritmo caleño de la tierra misma, de Juanchito y aledaños, que cada vez se consolida como el sello de nuestra salsa de exportación. ¡Qué Buenaventura!Hubo toros, y los que les gusta esta fiesta española dicen que mejoraron los carteles, aún cuando se siguen quejando de los encierros, sobretodo de la manera como se escogen para venir a la plaza. Se pudo vivir la tauromaquia sin atropellos ni alcaldadas que solo producen basura, como en Bogotá.Me consta desde el avión de llegada y en este que me voy, que vino más gente propia y turista que se va agradecida. Unos por volver al terruño porque la crisis no da para más en los países que los acogieron un día; y otros para regar la bola de la amabilidad y del ambiente festivo de esta sucursal del cielo.Ni hablar más de tamales, marranitas, aborrajaos, sancochos de gallina y luladas de El Zaguán de San Antonio que sirvió su buena mesa de atollados y patacones al mejor chef del mundo que presentará en cadena mundial los paisajes y las delicias de este Valle sin igual.Ahora viene el 2013. Duro para todos. Es un compromiso de Colombia con la paz que se reúne de nuevo en La Habana. Estamos a pocos días de que venza el plazo de la tegua que ordenaron las Farc hasta el 20 de enero. Han sido dos meses de aparente normalidad con fugaces encuentros violentos en regiones vecinas como el norte del Cauca. Esperamos que el cese se extienda hasta que, ojalá, se firme el documento de ‘finalización del conflicto’ para empezar a hablar sobre la verdad de las víctimas que no volvieron de los secuestros realizados por las Farc, el ELN y las autodefensas.Queremos saber la verdad completa. Luego llegará el perdón, y como digo en mi programa de RCN ‘La noche de la libertad’, nos reservamos el derecho al olvido.Pero esto será tema de otro escrito. Me voy feliz con mi Cali Bella y espero verla mejor en el 2013. Funcionando como un relojito, con el tránsito ordenado que fue otro logro de esta administración gracias al carácter de Alberto Hadad. Tranquilo, que los mediocres siempre confunden la firmeza y la eficiencia con el mal genio que califican de despotismo.