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Dos emprendedores

Entre los caleños que partieron de este mundo a finales del 2019 hay dos vinculados por parentesco y por su talante emprendedor, cuyas existencias merecen reconocimiento.

19 de enero de 2020 Por: Antonio de Roux

Entre los caleños que partieron de este mundo a finales del 2019 hay dos vinculados por parentesco y por su talante emprendedor, cuyas existencias merecen reconocimiento. Comienzo por referirme a Germán Holguín Zamorano a quien me unieron hondos lazos de afecto. Su ayuda fue determinante cuando me iniciaba en la actividad profesional y lo único cierto en mi vida era la incertidumbre.

Germán Holguín fue un ser multifacético. Servidor público consagrado ocupó tanto la Secretaría de Hacienda Municipal como la Dirección de Planeación de Cali. En el ámbito nacional prestó servicios a Ecopetrol en la condición de miembro de la junta directiva. Tuvo acercamientos al mundo de la política acompañando la candidatura presidencial de Rodrigo Lloreda, cuya campaña gerenció.

Germán era ante todo un gran promotor. Comprometido con el desarrollo de la región comenzó desempeñando la dirección de Incolda, Instituto Colombiano de Administración y, posteriormente, presidió la Fundación para el Desarrollo Industrial, FDI, entidad que continúa actividades a través de Propacífico. Su intervención fue definitiva en la creación de la Lonja de Propiedad Raíz y la Universidad Icesi, institución que es orgullo regional.

Junto a otros visionarios estableció en 1981 la sociedad Holguines SA, la cual se convertiría en referente del desarrollo caleño. Los primeros quince años de la organización constituyeron un rotundo éxito. El compromiso con la innovación, la diversidad de su oferta inmobiliaria, el buen gusto arquitectónico y la ubicación de los proyectos determinaron los buenos resultados. En esta etapa la empresa llegó a ser accionista importante de Davivienda. Pero vendrían tiempos difíciles. El comportamiento cíclico del mercado y el cambio de reglas en cuestiones financieras hicieron estragos. La compañía endeudada para impulsar sus planes de crecimiento no pudo sobrevivir.

Germán vería entonces destruidos sus sueños y comprometidas sus posibilidades de sustento. Sin embargo, no se dio por vencido y en el servicio a los demás encontró un nuevo proyecto de vida. Con el apoyo de generosos amigos pertenecientes al sector farmacéutico se dio a defender el libre acceso a los medicamentos genéricos de calidad, desplegando labores por medio de la Fundación Misión Salud. Incluso participó en la negociación del TLC con Estados Unidos en el llamado ‘cuarto de al lado’. Sus ideas quedaron registradas en el libro denominado ‘La guerra contra los medicamentos genéricos: un crimen silencioso’, referente obligatorio en la materia.

El otro personaje cuya partida deja un vacío grande es Rodrigo Holguín Lourido, quien dedicó esfuerzos infatigables al emprendimiento de negocios productivos en el sector rural. Por cuenta de su empuje se concretaron oportunidades de empleo y bienestar para innumerables habitantes del campo. La eficiencia en el sector agro industrial fue objeto constante de sus preocupaciones, particularmente con referencia a los cultivos de caña de azúcar y banano.

Rodrigo tampoco fue ajeno al servicio público. Su desempeño como embajador de Colombia en Argentina dejó memoria en los círculos diplomáticos de aquel país. Entre tanto su carácter solidario se manifestó en el apoyo discreto y eficaz al Instituto Nuestra Señora de la Asunción de los sacerdotes basilianos, quizá el mejor colegio popular de Cali.

Sigue en Twitter @antoderoux