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Revolución en el agro

El presidente Santos y el Ministro de Agricultura han emprendido un reto...

10 de septiembre de 2010 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

El presidente Santos y el Ministro de Agricultura han emprendido un reto monumental: devolver dos millones de hectáreas a los campesinos desplazados durante los últimos 20 años y que hoy viven del rebusque en los cinturones de miseria de las urbes.La tierra ha sido siempre una poderosa causa del conflicto. En los años 60 nacieron las Farc pidiendo a gritos una reforma agraria. En los 80 los paramilitares que en principio llegaron al campo para defender a los hacendados de las incursiones de la guerrilla terminaron apropiándose de grandes áreas de terreno sembradas a veces de coca y amapola, convirtiéndose en los nuevos dueños del país mientras las víctimas de la guerra llegaban despavoridas, sin documentos ni equipaje a engrosar las filas de desempleados e indigentes, en uno de los episodios mas bochornosos del continente.Si Álvaro Uribe pasó a la historia como el presidente de la seguridad democrática, haciendo posible que los colombianos volviéramos a transitar por el país; Santos será recordado como el revolucionario que logró la más ambiciosa recuperación del agro. Sin embargo, la labor no será fácil, no sólo porque muchas de las tierras están en manos de testaferros y porque las Farc han convertido en trampa de muerte una buena parte del país con minas antipersonales, sino porque hay desplazados que llegaron a las ciudades huyendo de la pobreza y otros se convirtieron en raspachines o se dejaron seducir por el dinero fácil del narcotráfico.No va a ser fácil configurar las listas de beneficiarios. ¿Sí serán los que están inscritos como desplazados? ¿Qué va a pasar con aquellos que no figuran en las listas? ¿Que tipo de capacitación, financiación y acompañamiento psicológico se les va a dar? Hay experiencias extraordinarias de la sociedad civil como Vallenpaz, que aglutina buena parte de empresarios y tiene mas de 9.000 beneficiarios sembrando mora, cacao, tomate, productos cuyo mercadeo está asegurado. O ciudadelas ecológicas como el Minuto de Dios y Nashira, que aglutinan a mujeres desplazadas por debajo del nivel de pobreza, que tienen vocación agrícola pero ni recursos económicos ni conocimiento para convertir el agro en un negocio rentable y producir a precios competitivos las hortalizas y las frutas que consumen las ciudades, gozar de agua potable y soluciones para el manejo de aguas residuales, con una calidad de vida envidiable. Pues si la propuesta del Dr. Santos es sólo entregar tierras a los desplazados y no asegurarles calidad de vida, educación y convivencia, me temo que esta nueva reforma agraria no resolverá en forma contundente el problema de la pobreza y sobre todo asegurarse que los programas del gobierno como el Agro Ingreso Seguro se destinen a los pobres y no se desvíen a los corruptos.