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Entre el dolor y la rabia

Y los bancos de microcrédito, ¿dónde están en esta crisis? Sus clientes son los más afectados y ellos siguen haciéndose los de la vista gorda

23 de abril de 2020 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Me cayó de pronto como un baldado de agua fría. Mi amiga Sandra Granger había fallecido y en estos momentos de aislamiento no pudimos acompañar a sus hijas Ilen y Andrea, ni a su hermana Lola. Sandra había librado una estoica batalla contra el cáncer y hasta los últimos días continuaba con su trabajo creativo. Todo lo que tocaba Sandra lo convertía en una obra de arte, ya fueran los pasteles eróticos que tantas veces nos divirtieron. Sus gatos, recuerdo uno sentado sobre un cojín, que ganó el premio de la mejor obra de arte en materiales reciclados, parecía de porcelana pero estaba hecho con cáscaras de huevo. En una de esas locuras de una campaña política hicimos a ‘basureta’ una muñeca de tres metros de alto que le llevamos de regalo al alcalde Rodrigo Guerrero en su primer periodo como una petición para que en Cali se separaran y se reutilizaran las basuras. Sandra, sé que te despides por ahora y que nos esperas en el otro mundo para seguir gozando de tus risas locas que tanto nos alegraban.

El dolor de la muerte de Sandra nubló la ira santa contra la irresponsabilidad bancaria. El Presidente estaba bravo, hablaba de los vampiros que le están chupando la sangre al pueblo colombiano. Dijo que no permitiría que los bancos, a los que se les había dado todas las facilidades para que otorgaran créditos a medianos y pequeños empresarios para pagar su nómina en esta crisis económica y evitar los despidos masivos, siguieran pasando de agache cuando todos nos hemos convertido en seguidores solidarios de la economía del regalo, para que los recursos fluyan donde más se necesitan. Ellos a quienes los salvamos en los años 90 con el 4 por mil que aún sale de nuestros bolsillos deberían poner su grano de arena y ser solidarios con Colombia.

El sector financiero lleva varios años de grandes utilidades. En el 2019 creció al 4,5% y en esta crisis las operaciones por internet y teléfonos celulares llegan a 9 billones al día. Las tasas de intermediación en Colombia son de las más altas del mundo. Los intereses de captación son entre el 4 y el 5% al año mientras que los de colocación oscilan entre el 15% y el 24% para tarjetas de crédito y el microcrédito que es el que utilizan las mypimes si bien dice ser del 35% con una cosa y otra terminan siendo del 50% mientras que en el mundo los intereses están entre el 1 y el 2% al año.

Poco se oye de grandes donaciones del sistema financiero con la excepción de los Sarmiento. Y los bancos de microcrédito, ¿dónde están en esta crisis? Sus clientes son los más afectados y ellos siguen haciéndose los de la vista gorda. Ojalá la Superintendencia Financiera tome pronto cartas en el asunto pues de lo contrario serán muchos más los damnificados económicos que los del Covid-19.

Sigue en Twitter @Atadol