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De la Impunidad

Hace más de un año que Cali se estremeció por el asesinato...

15 de junio de 2012 Por: Angela Cuevas de Dolmetsch

Hace más de un año que Cali se estremeció por el asesinato macabro de Rubiela  en un bus del MÍO. Su compañero le propició nueve puñaladas y luego la degolló en frente de unos pasajeros estupefactos. Hubo marchas y manifestaciones frente a la Fiscalía, pedíamos con vehemencia “no más Rubielas”. Queríamos una pena ejemplarizante. Logramos que Leonor Quintero, una abogada penalista de muchísima experiencia y reconocimiento se encargara del caso, pedíamos además algún tipo de indemnización para los hijos universitarios que dependían de la occisa. Pensamos en nuestra ingenuidad, que el caso era tan claro, el compañero permanente que asesina a su mujer con intención y sevicia, que el juez se vendría con todo y que los 60 años de prisión que da la ley para los casos de asesinato serían  impuestos sin titubear. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando el Juez descartó la sevicia, dijo que no había pruebas de que fueran compañeros permanentes  y por lo tanto la pena quedaba sólo en 15 años, que con buen comportamiento, podría ser reducida  hasta 6 ó 7. La misma pena se le impuso a una mujer hace 30 años por robarse una gallina y que yo en mi ignorancia como estudiante de Derecho y defensora de oficio no la supe defender. Tres semanas después de la muerte de Rubiela, una joven fue asesinada en un motel y siguieron las muertes, nos cansamos de marchar, los medios de reportar los asesinatos de mujeres, y la violencia intrafamilar que nunca había logrado la menor atención ahora sí moría en los archivos judiciales. Con la violación y muerte de Rosa Elvira Cely, por un reincidente, el tema se volvió a revivir. Aparecieron innumerables casos, el de Tatiana Lloreda, la manicurista que yace en un hospital debatiéndose entre la vida y la muerte  y que Jorge Enrique Rojas inmortalizó en una excelente crónica, el de Deyanira Cuan y, así sucesivamente, aparecieron cifras escalofriantes. En lo que va recorrido del año son 469 mujeres que han sido maltratadas y lo han hecho saber a las autoridades, pues hay las otras que no denuncian hasta que sus nombres aparecen en las funerarias. Lo que no se ha dicho es cuántas condenas ha habido, cuáles son las penas impuestas, si el agresor está detenido, si asiste a un centro de rehabilitación y si ha habido algún tipo de reparación. Será del caso averiguar qué ha pasado con los 72 homicidas  que han asesinado a las mujeres en el Valle del Cauca este año. Me atrevo a pronosticar que de un estudio de este tipo, las autoridades y la Justicia colombiana no saldrían muy bien libradas, que a diferencia de las muertes políticas, en la mayoría de los casos si se conoce al agresor o sea que no hay excusa para que se queden en la impunidad.Este domingo es el Día del Padre y aunque la paternidad es un acto de fe, feliz día padres.