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Foto de referencia. Migración Colombia tramitó la deportación de la colombiana Echeverría desde Suiza. | Foto: Archivo de El País

Asuntos de mujeres

Colombia llega tarde a la libre opción de la maternidad y llega con un nombre del siglo pasado cargado de rabia, rencor y fanatismo, ‘aborto’.

24 de febrero de 2022 Por: Vicky Perea García

Colombia llega tarde a la libre opción de la maternidad y llega con un nombre del siglo pasado cargado de rabia, rencor y fanatismo, ‘aborto’. Llega además en medio de una campaña electoral en que el voto femenino cuenta. La terminación del embarazo legal o ilegalmente ha existido en todos los países desde tiempos ancestrales, a veces causando muertes y terribles traumas por la forma artesanal de practicarla. El mundo ha cambiado, los métodos de contracepción son más eficaces y no tan costosos. Profamilia en Colombia coloca la pila gratis, un dispositivo subcutáneo que inhibe el embarazo por cinco años y que ha resultado mucho más efectivo que las pastillas y el condón femenino que exigen disciplina sexual.

No me refiero al condón masculino, pues existen ideas erróneas, como la que dice que suprime la líbido y aunque se habla de nuevas masculinidades y de aceptar que el semen que un hombre deja regado es un potencial ser humano, estamos lejos de que los hombres asuman la paternidad responsable.

Que existen hombres violadores es cierto y que la ley no los castiga en forma ejemplarizante es también cierto. En ese y los otros casos que considera la ley, una pobre mujer embarazada algunas veces opta por la terminación del embarazo, lo hará legal o ilegalmente y qué injusticia añadir dolor criminalizándola.

Las voces de rechazo, incluida la desafortunada declaración del presidente Duque, que tienen en sus cabezas llenas de tabús la palabra ‘aborto’, que nunca han sido violados, ni han estado en peligro de morir por un embarazo o que tienen en su vientre un niño enfermo cuya vida va a ser un calvario, deben sentarse en la posición del loto a meditarlo y parar la algarabía pues Colombia tiene problemas muchísimos más graves.

En el siglo pasado, el movimiento social de mujeres tuvo como caballito de batalla la libre opción de la maternidad siendo una de las propuestas para la Constituyente. Por la roncha que causó se suprimió y se optó por la ley de cuotas que quedó plasmada en el artículo 40 de la Constitución, reglamentada por la ley 581 del 2000 logrando una participación casi igualitaria de mujeres en los gabinetes, en las Cortes, en algunas mayoritaria, como en la JEP y la inclusión de mujeres en todas las ternas de nombramiento. Tenemos una mujer vicepresidenta y para un futuro no tan lejano una mujer presidenta.

Si bien el nuevo código electoral plantea listas conformadas por 50% hombres y 50% mujeres sus reglas no se aplicarán en el 2022 pues está siendo revisado por la Corte Constitucional. La participación de mujeres candidatas ha aumentado en un 5% después de las elecciones del 2018 quedando en un 40%, aunque en algunos movimientos políticos el dinero con que cuentan las mujeres para sus campañas es la mitad del de los hombres, este esfuerzo debe ser correspondido por el voto femenino llevándolas al Congreso, ¿y el aborto? Dejémoslo en paz.

Sigue en Twitter @Atadol