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Falso positivo en Mapiripán

Por fin sale a la luz algo que sabíamos pero que no...

7 de noviembre de 2011 Por: Álvaro Valencia Tovar

Por fin sale a la luz algo que sabíamos pero que no se había podido demostrar: la manipulación de la noble causa de los Derechos Humanos y el DIH por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo. Demandas billonarias contra el Estado y sus fuerzas de seguridad, utilizaban como pruebas para justificar fallos adversos a testigos fabricados o manipulados. Es así como los 50 asesinados por ‘paramilitares’ se reducen a diez y el supuesto encubrimiento del horrendo delito que le significó al general Jaime Uscátegui una condena por 40 años de prisión, y a los contribuyentes colombianos una suma astronómica dividida entre los dolientes por víctimas que no lo fueron y el Colectivo de Abogados.Negociar a cubierto de la bandera idealista de los derechos humanos ante una Corte desinformada que forma parte de la Organización de Estados Americanos, OEA, produce réditos superiores a los de cualquier empresa honesta. El lucro, en el caso de Mapiripán, cubrió a parientes de supuestas víctimas que siguen recibiendo las compensaciones ordenadas por la Corte. Mariela Contreras, una de las ‘dolientes’ señaladas por el Colectivo y la ONG aliada con éste, recibió junto con su grupo familiar indemnizaciones por más de $3.000 millones, como ella lo reconoció antes los fiscales de Justicia y Paz, enviados para establecer la verdad del medio centenar de muertos.Mariela lo confesó y pidió perdón al país por su falso testimonio, inducido por la desmovilizada María Bustos, quien la presentó al Colectivo de Abogados en busca de ayuda y este, ni corto ni perezoso, la convirtió en testigo clave ante la Cidh. Ella, movida quizá por su conciencia culpable, volvió al Colectivo para confesar que no tenía derecho a semejante indemnización, obteniendo por toda respuesta que lo dejará así.Los fallos de la Corte son inapelables. Pero ante un engaño tan monumental, que implica erogaciones billonarias para el tesoro público y condenas falaces contra militares de honor como en el caso de Jaime Uscátegui, sí debería revisar ella misma un fallo, que no es el único, fundamentado en falsedades e indigna manipulación de situaciones y testigos para ver de corregir los efectos dañinos que ocasionó. Y la Justicia colombiana, tomar cartas en el asunto, pues las conductas del famoso Colectivo no pueden proseguir al amparo de la noble causa de los Derechos Humanos, defraudando el tesoro público que se configura con los dineros de los contribuyentes. Pésimo ejemplo para tinterillos a la caza de demandas.