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Encrucijada caucana

De tiempo atrás he argumentado que la situación de violencia, representada por...

16 de noviembre de 2011 Por: Álvaro Guzmán Barney

De tiempo atrás he argumentado que la situación de violencia, representada por la tasa de homicidios por 100.000 habitantes, es peor en el Valle que en el Cauca. Entre 2005 y 2007, la tasa anual promedio para el Cauca fue de 45 y para el Valle de 81, casi el doble. Sin embargo, 'la percepción' sobre la situación de violencia, especialmente de los caleños, es la contraria, por dos razones: se privilegia el conflicto armado político como si fuera la violencia predominante y se considera que la ciudad está rodeada y amenazada por este conflicto, desde las montañas del norte del Cauca, sin tener en cuenta que los corredores de la guerra vienen desde el sur del Tolima, pasan por el lado occidental de la Cordillera Central del Valle y del Cauca y vuelven al Valle por los Farallones y el Pacífico. A pesar de esta realidad, la atención se ha centrado en el Cauca, en los últimos meses, cuando el conflicto se ha recrudecido y llegó a un punto de inflexión con la muerte de 'Alfonso Cano', en un corregimiento del municipio de Suárez. Pero en el Cauca hay violencias de muy diverso orden. En 2007, cuando la tasa de homicidios del Departamento era de 50, el municipio de Mercaderes tenia una tasa de 139, el Patía de 126 y Balboa de 105. Ese año, el municipio de Puerto Tejada, muy cercano a Cali en el corazón de la parte plana e industrializada, tuvo una tasa de 146. Los municipios en los que tiene presencia más fuerte la guerrilla, en este año como en otros, tienen tasas menores a éstas. En este Departamento hay una subregión de especial importancia desde hace decenios: el norte del Cauca. Actualmente 13 municipios con aproximadamente 375.000 habitantes componen este territorio. Santander de Quilichao es su núcleo urbano principal. Sintetiza las contradicciones y conflictos de la zona y también su potencialidad para construir una sociedad y un futuro mejor. En la subregión hay municipios con situaciones altamente diferenciadas, tanto desde el punto de vista étnico como de las formas de economía predominantes. A manera de ejemplo, el 98% de la población de Jambaló es indígena y es al mismo tiempo un resguardo con una economía de tipo campesino. 63% de la población de Suárez y de Buenos Aires es afrodescendiente y 18% indígena, en medio de economías muy distintas, ya sea campesinas de subsistencia, de narcotráfico hacia el Naya o de minería y café en la parte alta, hacia Suárez y Morales. El 97% de la población de Puerto Tejada es afrodescendiente y el 88% vive en el casco urbano, es decir se trata de un municipio de trabajadores y empleados asalariados, gran parte de ellos vinculados a la agroindustria de la caña de azúcar.En esta zona del norte del Cauca se desarrollan los conflictos más disímiles, entre ellos el armado de tipo político. Este conflicto no es de ahora. Tiene una larga trayectoria, por lo menos de casi 50 años. Ha variado de manera importante. Cada vez es un conflicto menos político y más criminal. La población tiene unos intereses que no necesariamente se corresponden con los de los grupos armados. Sin embargo, hay una gran incomprensión de ciertos sectores de la opinión nacional en cuanto al papel de los indígenas, de los negros, del ciudadano común y corriente del norte del Cauca. En los últimos 20 años estos sectores sociales han desarrollado formas de resistencia y en muchas oportunidades de rechazo al conflicto armado. Cualquier solución de paz pasa por asumir y resolver las contradicciones de la sociedad nortecaucana.