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Acuerdo por Cali

Las organizaciones sociales de los sectores populares no tienen tanta visibilidad, pero están desarrollando acciones concretas y valiosas por la ciudad, por la región y sus habitantes.

12 de octubre de 2021 Por: Álvaro Guzmán Barney

Datos de la encuesta ‘Cali como Vamos’ llevan a pensar en el pesimismo predominante de sus habitantes. Por un lado, 66,3% de los caleños considera que la ciudad va por mal camino y, por otro, 37% considera que en cinco años la urbe estará peor que hoy. Son datos de ‘opinión’, ciertamente significativos, que requieren análisis crítico antes de asumir que reflejan la realidad urbana como tal. Son opiniones en medio de una pandemia que ha producido devastadores efectos y que fueron emitidas después del mal llamado ‘estallido social’ que tuvo connotaciones particulares en la ciudad.

Los datos pueden tener variaciones significativas, si se analizan estadísticamente por estrato, sector de la ciudad, edad y sexo. Pero, ante todo, se trata de opiniones subjetivas que no tienen en consideración los procesos y prácticas sociales objetivos que están ocurriendo en la ciudad. De estos procesos y prácticas, dependen proyectos, acciones y también puntos de vista subjetivos que se articulan con el propósito de construir una ciudad y una región que pueda resolver mejor los problemas por los que atraviesa. En medio de enormes dificultades, se presentan hechos que permiten pensar, con cierto optimismo, en el futuro de la ciudad-región vallecaucana.

Hay múltiples iniciativas que se están moviendo, agenciadas por distintas organizaciones de la sociedad civil y también desde el Estado.
Las iniciativas de los sectores empresariales han tenido mayor visibilidad, pero también hay iniciativas desde ciudadanos organizados en los distintos estratos sociales de la ciudad y es notable la participación significativa de la Iglesia o de las iglesias. Las organizaciones sociales de los sectores populares no tienen tanta visibilidad, pero están desarrollando acciones concretas y valiosas por la ciudad, por la región y sus habitantes.

También hay esfuerzos desde el Gobierno municipal que ha reconducido varios de sus proyectos iniciales y que tiene justificaciones para la manera como está procediendo que se deben escuchar, así no se compartan. Se pierde tiempo precioso, si quienes interpretan el pesimismo ciudadano, encuentran la raíz del problema en el actual Alcalde, a quien se le pueden hacer muchas críticas y oposición política, menos la de atribuirle el estallido social y sus consecuencias.

Entre las iniciativas desde la sociedad civil que se conocen, merece especial atención el Acuerdo por Cali. Según éste, hay que trabajarle a la definición de un “Destino Colectivo” que debe salir de un “Diálogo”, entre posiciones contrarias que se deben reconocer, pero sobre las cuales se pueden encontrar puntos comunes de “Interés Colectivo y Público”.

Muy importante salir de la polarización mezquina que se funda en el odio al contrario y pasar al campo de la argumentación de posiciones distintas y de acuerdos sobre lo fundamental. Respeto por la vida y por una sociedad incluyente. Reconciliación y reconocimiento. Cultura de Paz y de no-violencia. Necesidad de implementar un modelo económico que disminuya la desigualdad. Defensa de las instituciones democráticas y de la Justicia, respaldadas por un Estado de Derecho.

Todos estos son puntos valiosos de un acuerdo que puede dar lugar a distintos proyectos agenciados por muy distintos actores. El momento de la ‘reflexión’ axiológica sobre el acuerdo es clave. El momento de la acción organizada también, con una diversidad de actores bajo la sombrilla del acuerdo. Es fundamental difundir el acuerdo. Quienes quieran conocerlo y suscribirlo pueden buscar en el link https://docs.google.com/forms/d/1ywJnHCphP0QAMts-n8NX cTyGXT9YRhLqrRqFYVbG90/edit. Más adelante sus promotores convocarán una reunión virtual para evaluar y consolidar la propuesta que busca incidir con optimismo y efectividad en el futuro de la ciudad.