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En diciembre 2 del 2012 se firmó en el Castillo de Chapultepec...

16 de octubre de 2013 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

En diciembre 2 del 2012 se firmó en el Castillo de Chapultepec el Pacto por México, un hecho histórico, poco divulgado en Colombia. Se trata de un convenio entre todos los partidos políticos mexicanos importantes, el PAN, el PRI, el PRD y el Partido Verde, para sacar adelante una legislación de común acuerdo en temas fundamentales para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad, la seguridad y la justicia, la transparencia, la rendición de cuantas y el combate a la corrupción. Son los mismos partidos que pocos días atrás se enfrentaban en una lucha virulenta.En el parlamento mexicano no existe una mayoría desde hace más de una década, cuando el PRI, Partido Institucional Revolucionario, perdió su hegemonía, ejercida durante más de 50 años, a manos del PAN, Partido de Acción Nacional, que ostentó el Poder Ejecutivo a partir del 2000, durante dos períodos presidenciales. Inútil fueron los esfuerzos de los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón para realizar cambios legislativos que le permitieran a México consolidar la senda del progreso y la justicia social. Los intereses partidistas no permitían que se legislara con el fin de desatar varios nudos gordianos, producto de intereses particulares muy poderosos, en los campos de las comunicaciones, de la educación, en la producción de hidrocarburos y en el régimen fiscal.Pues bien, entre los dirigentes políticos primó la sensatez y el patriotismo. Se privilegió el país sobre los intereses personales o partidistas. Se depusieron los ánimos beligerantes y se llegaron a acuerdos que permitieron construir consensos en reformas a las comunicaciones para abolir los monopolios, reformas a la educación para mejorar la calidad, contraviniendo privilegios sindicales atávicos que no permitían la evaluación de los maestros, reformas a la producción de hidrocarburos para poder realizar alianzas con el sector privado y acceder a tecnologías de las cuales carecían, reformas al sector electoral para permitir realizar certámenes transparentes, reformas al sistema tributario en la búsqueda de una mayor equidad, reformas al sistema de salud y reformas efectivas para quebrarle el espinazo a la corrupción.Si logran realizar la mitad de lo que se han propuesto, México catapultaría su desarrollo económico, la equidad y la justicia social, de manera que muy pronto formaría parte de los países más avanzados del mundo.Al mismo tiempo en Colombia estamos viviendo un período donde la agresividad y el insulto están en el orden del día de nuestros dirigentes políticos. El grado de beligerancia se agudizará entre más nos aproximemos a las elecciones. Nuestros líderes viven obsesionados en su lucha por privilegiar su agenda personal, desterrando lo que debiera ser la primera prioridad, el bienestar y el progreso de los ciudadanos, al cuarto de San Alejo. El programa del Pacto por México bien podría aplicarse en Colombia, con la adición de nuestro mayor anhelo: vivir en paz. No se trata de buscar la unanimidad absoluta, ni la unidad nacional, cuyo objetivo es la adhesión a cambio de burocracia. Es posible convivir civilizadamente en medio de la diversidad. No obstante, nuestros líderes debieran anteponer a sus intereses particulares, a los sublimes intereses del Estado, con el fin de llegar a consensos razonables que nos devuelva la convivencia y nos conduzcan con mayor dinamismo hacia el progreso con equidad. Otra sería la actitud del las Farc y el ELN si tuviesen como contraparte un frente unido.