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Se profundiza la crisis

Venezuela padece dos graves enfermedades, una económica, producto del sistema adoptado, denominado socialismo del Siglo XXI, cuyo fracaso es evidente, y la otra, política, que surge de una ideología cuya implantación siempre ha terminado en regímenes dictatoriales.

22 de enero de 2019 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Venezuela padece dos graves enfermedades, una económica, producto del sistema adoptado, denominado socialismo del Siglo XXI, cuyo fracaso es evidente, y la otra, política, que surge de una ideología cuya implantación siempre ha terminado en regímenes dictatoriales.

El comportamiento de su economía es desastroso, no solamente ha decrecido, sino que también está bajo los efectos de una hiperinflación incontrolable que obliga a subir los salarios constantemente, estimulando un círculo vicioso. Ante la carencia de medicinas y alimentos, sus ciudadanos han optado por emigrar en un gran número. Uno de los destinos elegidos es Colombia. Debido a su cercanía, estamos recibiendo la mayor parte del éxodo, con las consecuencias sociales correspondientes. Uno de sus efectos, son los gastos que demanda la atención de una buena parte de esa población que viene en busca de supervivencia.

La designación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela ha sido desconocida por lo OEA, un numeroso grupo de países latinoamericanos, la Comunidad Económica Europea y los EE.UU. Su elección fue fraudulenta. Ante estos hechos, la Asamblea Nacional, único organismo electo democráticamente, declaró a Nicolás Maduro como usurpador de la jefatura del Estado, así fue como Juan Guaidó, su presidente, se constituyó en la cabeza de la oposición.

Julio Borges, líder de uno de los partidos más importantes de la oposición, Primero Justicia, manifestaba en una de sus alocuciones que la lucha que estaban enfrentando era contra dos dictaduras, no solamente la venezolana, sino además la cubana. La influencia del comunismo de la isla, sobre todos los organismos del Gobierno de nuestro vecino, es indiscutible, primordialmente en las fuerzas militares y en la estrategia represiva.

El futuro político y económico de Venezuela son supremamente importantes para Colombia. Hace unos años Venezuela era el destino de US$6000 millones de nuestras exportaciones. Sus economías son complementarias. La infraestructura productiva de Venezuela ha sido precaria. Su desarrollo económico ha girado alrededor del petróleo, ya que sus reservas son unas de las mayores del mundo. Su Gobierno ha sido proclive a los movimientos subversivos, les ha brindado protección a sus líderes. El territorio venezolano se constituyó en un refugio, tanto para las Farc, como para el Eln. El autor material del execrable crimen terrorista causante de la muerte de 21 cadetes de la escuela General Santander en Bogotá, viajó varias veces a Venezuela para impartir instrucción en explosivos.

Juan Guaidó ha desplegado una actividad frenética convocando reuniones donde manifiesta la necesidad de instituir una presidencia interina, que la desempeñaría él, con el fin de convocar a elecciones y así poder reestablecer la legitimidad de un gobierno constitucional. Además, está citando a una manifestación multitudinaria de la oposición hoy miércoles 23 de enero, con este propósito. En dicha fecha se conmemora la destitución del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958.
Maduro a su turno también ha convocado una marcha de quienes lo respaldan ese mismo día, con el fin de intimidar a la oposición. En el pasado las FF.AA y las Milicias Bolivarianas han asesinado a manifestantes de la oposición.

Lo que ocurra marcará los destinos de Venezuela en el próximo futuro.