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Mister Trump

Hoy en los medios de comunicación del mundo leemos o escuchamos continuamente...

9 de marzo de 2016 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Hoy en los medios de comunicación del mundo leemos o escuchamos continuamente las aventuras políticas del Sr. Trump para lograr la candidatura oficial del partido Republicano, con el fin de competir en la próxima contienda electoral para la Presidencia de los Estados Unidos.El Sr. Trump, es un acaudalado empresario, con un capital de US$4.100 millones según la revista Forbes, de junio del 2014. Su apellido original era Drumpf, así se llamaba su abuelo, un inmigrante de origen alemán que llegó a los EE.UU. en 1885.Se trata de una persona exótica y arrogante, que contra las predicciones originales de muchos gurús de la política estadounidense, no contaba con la favorabilidad y el respaldo de llegar, hasta donde se encuentra, en la competencia del partido republicano.Ahora resulta que según un titular del New York Times, “El Sr. Trump aún puede perder, lo cual probablemente no ocurrirá”. Recientemente ganó con contundencia el supermartes, denominado así por el número de delegados electorales que se eligen en esa fecha. En los EE.UU., tanto los certámenes primarios, como los presidenciales, se ganan mediante el voto indirecto; los colegios electorales de los partidos designan los candidatos, y luego para la votación presidencial, se elige el colegio electoral que nombra el Presidente, en ambas ocasiones por mayoría de votos.Para comprender un poco mejor la personalidad del candidato Trump vale la pena mencionar que como empresario, además del negocio de propiedad raíz que posee, también tiene inversiones en casinos, compró en su momento el negocio de Miss Universo y Miss EE.UU., y creó un exitoso ‘Realty Show’ llamado el Aprendiz. Se ha divorciado en dos oportunidades y ha contraído matrimonio en tres ocasiones. Tiene un apetito insaciable de protagonismo, actitud que le ha sido muy favorable para promocionar todos sus proyectos, empresariales y políticos. Ha sido el candidato, de lejos, con más exposición en la televisión, periódicos y revistas.Se lanzó con el lema, “vamos a hacer nuestro país grande de nuevo”, apelando al germen nacionalista que todos llevamos dentro. Hostiga constantemente la política tradicional. Promueve la xenofobia. A los mexicanos ilegales los califica de “corruptos, delincuentes y violadores”. Propone construir una muralla china entre México y los EE.UU., en toda la extensión de la frontera de 3185 km de longitud; como si fuese poco, promete, si llega la Presidencia, que el pueblo mexicano contribuya económicamente a su financiación. Se colige que estas actitudes y propuestas están dirigidas a captar la atención de aquellos ciudadanos que toman sus decisiones electorales con base en los sentimientos primarios del alma, un segmento que se supone menor, en un país con altos índices educativos, sin embargo, para triunfar en las elecciones, como hasta ahora ha ocurrido, requirió la aceptación de muchos otros grupos pensantes de la población. Es cierto que una parte del partido Republicano se opone a que los represente, pero hasta ahora no ha logrado detenerlo. Sería un dolor de cabeza universal si lograse llegar a la Presidencia. Los norteamericanos que predican asiduamente que estos exóticos personajes, demagogos y populistas, solo podían tener eco en las ‘Banana Republics’, deben estar tragándose la lengua.