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La CVC

Hace más de 50 años, a finales de 1954, se creó la...

22 de diciembre de 2010 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Hace más de 50 años, a finales de 1954, se creó la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca. Una de las iniciativas más importantes de la época. Un grupo de líderes de la región, preocupados por el porvenir de nuestra comarca, se inspiraron en la experiencia de la Autoridad del Valle de Tennessee de los Estados Unidos, e invitaron a David Lilienthal, presidente de dicha Autoridad, quien nos visitó en varias oportunidades. Sus contribuciones fueron tan importantes que inicialmente se llamó el Plan Lilienthal.El objetivo que se buscaba era el desarrollo de la región de la cuenca alta del río Cauca, por lo tanto comprendía los departamentos del Cauca, Valle y Caldas, que en aquel entonces también incluía a Risaralda y Quindío; de allí que la razón social fuese CVC, Cauca, Valle y Caldas. Luego por celos de gobernabilidad, se separaron Caldas y Cauca.Los programas en su etapa inicial cubrían los campos de la electrificación y el manejo de las aguas. Es importante destacar que la escasez de energía era una limitante muy importante de nuestro desarrollo industrial. Hace cuatro o cinco décadas el Valle del Cauca era una zona que se inundaba con cierta regularidad, no se necesitaban inviernos como el que padecemos, razón por la cual existían epidemias como el paludismo y la malaria, e inclusive el tifo. Las crecientes de los ríos que nos bañan causaban generalmente desbordamientos durante los meses de mayo y noviembre, anegando buena parte de las haciendas y no pocas poblaciones de nuestro Departamento, tal como ocurrió recientemente; por esta causa el otro pilar obvio del llamado Plan Lilienthal fue el control de las aguas.La CVC acometió obras para generar energía como las represas de Anchicayá y Calima, y extendió las redes eléctricas por todo el Departamento para impulsar el desarrollo. Erigió diques como el de Aguablanca que protege a una gran parte de nuestra población de los embates del río Cauca, el que ahora se encuentra invadido por falta de autoridad. Construyó una represa de doble propósito, Salvajina, puesto que no solamente genera energía, sino que también regula los caudales del Cauca.Han pasado muchos años desde entonces; ahora la CVC es una entre las muchas corporaciones autónomas regionales, diseminadas por todo el país, a cargo del medio ambiente. La actual ola invernal puso a prueba su eficacia y el resultado es desastroso. Estas corporaciones se convirtieron en fortines burocráticos inútiles, desvirtuando así el noble propósito de sus ideales. En lo que atañe a nuestra comarca, la CVC tiene un patrimonio considerable, producto de la venta de su sector eléctrico. Para sólo dar un ejemplo de cómo se invierten sus recursos, al comienzo del gobierno del depuesto Juan Carlos Abadía, dicho patrimonio sufrió un detrimento de $38.500 millones. Por su iniciativa se aprobaron, a pesar de la oposición de varios miembros del Consejo Directivo, una serie de proyectos sin sustento tecnológico, entre los cuales se mencionaban fiestas patronales, con el fin de cumplir promesas de su campaña, los cuales, como es de esperarse, poco o nada tienen que ver con la misión de la CVC, y menos aún con la mitigación o prevención de los desastres que nos aquejan.La naturaleza dotó al Valle con tierras fértiles y abundantes aguas. Tan solo dejó al arbitrio del hombre su control y regulación. Sin embargo, la CVC se encuentra actualmente gobernada en su mayoría, por una casta política ignorante de sus deberes y obligaciones que solamente vela por sus propios intereses.