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Injustamente relegada

Hace unos días el Tiempo publicó un editorial describiendo los deplorables síntomas...

27 de febrero de 2013 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Hace unos días el Tiempo publicó un editorial describiendo los deplorables síntomas de descomposición social que padecía Buenaventura, haciendo eco al llamado de emergencia de su valeroso Obispo. Me alegro que dicho medio noticioso haya también acogido este tema. En la provincia se ha cacareado con insistencia, en diferentes medios de comunicación, la injusta postración de la ciudad que alberga el puerto más importante de Colombia, sin ninguna respuesta efectiva de la Capital. Parece que la bruma de la altiplanicie cundiboyacense no deja ver con claridad las costas del mar Pacífico. Sucesivos gobiernos nacionales han sido indiferentes al clamor de la injusticia. Ayer el Presidente visitó el puerto, conservamos la esperanza de que algún día se lleve a cabo una acción integral y efectiva. No basta con acelerar la construcción de la interminable carretera y el dragado de la bahía, tan urgente o más que la culminación de dichas obras es la intervención socioeconómica en busca de que sus habitantes puedan vivir en condiciones dignas y esperanzadoras. Existe una deuda aún no saldada con los habitantes del puerto.Un puerto es un recurso natural escaso, solo existen tres en el Litoral Pacífico colombiano, en donde el Gobierno recauda sumas considerables en razón de los derechos de aduana y del IVA, sin embargo casi todo ese dinero se traslada a Bogotá, con escasísimo beneficio para las regiones donde se genera. En Buenaventura se recauda la cuantiosa suma de $4.200 millones. Lo que se devuelve por el situado fiscal es tan solo $170 millones, el 4% de lo que se recauda.Los sectores que circundan los muelles de las ciudades portuarias sobresalen por su deterioro. Basta dar un vistazo a los vecindarios de los puertos más importantes del mundo para corroborarlo. Los puertos modernos, gracias al manejo de la mercancía manipulada en contenedores, han mejorado su entorno. No obstante, el movimiento de la carga es más el detrimento y los problemas que producen que lo que aportan al bienestar de la ciudadanía. A pesar de su deterioro, Buenaventura atrae la migración de un territorio aún más deprimido, la Costa Pacífica. Si en dicha ciudad los índices de bienestar son lamentables, en el litoral son trágicos. No de otra manera se explica que el 20% de su población, en los últimos 10 años, lo conformen inmigrantes. Es una paradoja que Buenaventura se haya convertido en un polo de atracción de los habitantes de la Costa Pacífica colombiana. Sin duda la guerrilla y narcotráfico han influido también en el incremento migratorio. Así como este polo atrae, también expulsa debido a la falta de oportunidades para la superación personal y al ambiente que se palpa. La mayor parte de los habitantes del puerto que salen, lo hacen con destino a la ciudad más cercana, Cali. No es de extrañar por lo tanto que la Capital vallecaucana albergue el porcentaje más alto de población afro descendiente de Colombia.A los gobiernos departamentales les ha faltado gestión en el caso de Buenaventura. Es cierto que este es un problema que no está exclusivamente en sus manos atenderlo, ya que sus causas y sus posibles soluciones desbordan las posibilidades del Departamento. Por lo tanto es imperativa la atención del Gobierno Nacional, para que junto con los diversos sectores vallecaucanos se haga una causa común para mejorar las condiciones de los habitantes de Buenaventura. Basta de dilaciones y de excusas. ¿Qué sociedad puede soportar 60% de desempleo?