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El diluvio

Los recientes chaparrones causaron un diluvio en el nordeste suramericano, que puede...

25 de mayo de 2011 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Los recientes chaparrones causaron un diluvio en el nordeste suramericano, que puede repetirse en el futuro, según el Ideam. Las lluvias torrenciales que sufrimos, han producido estragos, sin embargo está en manos de las autoridades evitarlos o, por lo menos, mitigarlos. Ahora nos rasgamos las vestiduras y reprochamos vehementemente a los posibles responsables, no obstante, es probable que una vez se modere el clima, los correctivos prometidos no se cumplan a cabalidad; lo cual sería muy lamentable. Los latinoamericanos poseemos generalmente un temperamento exacerbable, nos prendemos tan rápido como un fósforo y nos apagamos tan pronto baja la marea. Lo peor es que nos olvidamos muy pronto de las personas y los factores responsables de las crisis. Con inusitada frecuencia, dejamos de tomar las medidas para impedir que vuelvan a ocurrir los hechos nefastos. Las energías se nos agotan en la mitad del camino.La geografía nacional parece un embudo que recoge las precipitaciones en los ríos y quebradas formados por las tres ramas de la cordillera andina, y luego lanza toda el agua allí recolectada hacia la costa caribeña, cuyos niveles de anegamiento los determina el caudal de sus crecientes, particularmente las producidas por el Magdalena y el Cauca. Si reguláramos dichos caudales y los de sus tributarios mediante represas, como se hizo en Salvajina, mitigaríamos los estragos que ocasionan los inviernos y por añadidura ayudaríamos a irrigar las tierras ávidas de agua en los veranos prolongados. De no haber existido Salvajina, es muy posible que los daños que se causaron en el sur del valle geográfico y particularmente en la ciudad de Cali, hubiesen sido desastrosos. Otro beneficio, no despreciable, que se obtiene con la construcción de las represas reguladoras de las aguas es la generación eléctrica.Este fue el sueño que inspiró a los visionarios mecenas que crearon a la CVC, después de constatar los proyectos llevados a cabo en el valle del río Tennessee, por parte de la TVA, (Tennessee Valley Authority). Para que las corporaciones regionales funcionen deben profesionalizarse y despolitizarse, tal como ocurrió, en el pasado, durante un largo período en la CVC. Los espacios que deben abarcar, no convienen circunscribirse a las fronteras departamentales; sus límites geográficos infortunadamente no coinciden con las cuencas hidrográficas. La creación de dichas corporaciones debe emanar del Gobierno Nacional, para poder cubrir bajo su autoridad varios departamentos, tal como fue la CVC en sus comienzos, cuya sigla significaba: Cauca, Valle y Caldas.Las actuales corporaciones regionales perdieron su norte, a muchas las carcomió la corrupción. Conviene reestructurarlas, o crear unas nuevas, corregidas y mejoradas, para que renazcan como el Ave Fénix. Sin lugar a dudas es indispensable tener en cuenta la asignación patrimonial. La CVC tiene un capital, cuyo origen fue el fruto del esfuerzo exclusivamente vallecaucano, sería injusto repartirlo.En lo concerniente a nuestro terruño, bien vale destacar el esfuerzo de nuestro Alcalde y su Secretaria de Gobierno, para impedir que continúe proliferando la minería ilegal en el Parque de Los Farallones. Contrasta esta actitud, con la nula actividad para disuadir la acelerada invasión de las lomas que circundan nuestros ríos tutelares. Crecen sin control las invasiones en la Loma de Quintero, las Lomas del Carmelo, El Cabuyal, etc. Este evidente contraste no tiene explicaciones válidas, a no ser razones políticas inconfesables.