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Historia en la nube

Pretender que estas preguntas no se hagan o que el tiempo del profesional se concentre en resolver y entender el motivo de la consulta y no en preguntas del pasado es imposible

2 de febrero de 2020 Por: Alfonso Otoya Mejía

¿Cuántas veces nos ha pasado que llegamos a un centro médico de urgencias y el médico se tiene que desgastar con un arsenal de preguntas que buscan poder identificar antecedentes, alergias, contraindicaciones y una cantidad de información, que, aunque necesaria, está incluida en nuestra historia clínica? Toda esta información resulta imposible ser consultada, debido a que se encuentra en medios físicos o a que no se puede compartir entre entidades prestadoras de salud.

Pretender que estas preguntas no se hagan o que el tiempo del profesional se concentre en resolver y entender el motivo de la consulta y no en preguntas del pasado es imposible, puesto que esta información es vital antes de iniciar cualquier proceso para tratar de minimizar los riesgos. Solo en Colombia en el año 2016, 57 pacientes murieron como consecuencia de una reacción alérgica a medicamentos suministrados en un centro médico.

Seamos sinceros, por más que el médico trate de escudriñar en nuestra memoria todo lo que nos ha ocurrido clínicamente, no sólo a nosotros sino a nuestros familiares más cercanos, nuestra memoria es precaria y en aquellos momentos de urgencia, dolor o altos niveles de estrés, nos puede jugar malas pasadas. Podemos olvidar hechos importantes y de trascendencia para la toma de decisiones.

Igualmente vale la pena recordar las ocasiones en las cuales hemos llegado al servicio de salud o a una consulta médica y nos tienen que practicar un examen especifico simplemente por no tener acceso a los resultados y así corroborar la existencia de una situación de la cual somos conscientes tener, pero por no andar con la carpeta de exámenes debajo del brazo se tienen que repetir. Estas situaciones se podrían evitar o al menos disminuir si en el país existiera una historia clínica única y que pudiera ser consultada y complementada por todos los actores del sistema de salud.

Países como Uruguay, Perú, Costar Rica y Francia han avanzado en este propósito y han reglamentado la compartibilidad de las historias clínicas logrando disminuciones importantes en tiempos de atención, descongestión del sistema de salud, mejoras en la calidad del diagnóstico y reducciones en los costos debido a la optimización en el uso de resultados de exámenes previamente practicados a los pacientes. Esto último no es un beneficio menor dada la situación económica que afronta el sistema de salud colombiano, cualquier ahorro es importante para garantizar su sostenibilidad.

En buena hora nuestro país avanza en esta dirección y gracias a la iniciativa de dos congresistas vallecaucanos, Juan Fernando Reyes Kuri y Carlos Fernando Motoa Solarte. El pasado 31 de enero fue sancionada por el presidente Iván Duque la ley que establece en Colombia un mecanismo que garantiza el acceso a los datos pertinentes de la historia clínica de cada uno de los colombianos.

Espero que en la reglamentación de esta ley el Ministerio de Salud obre con visión de futuro y la reglamente de manera expedita y eficiente de tal forma que esta logre tener incidencia real en el día a día de cada uno de nosotros y no se vuelva otra carga burocrática. En Colombia es muy común encontrarse con un sin número de trámites sin sentido y no podemos permitir que este procedimiento que busca salvar vidas se transforme en una exigencia que entre a engrosar la lista de prerrequisitos interminables para justificar la no atención de un paciente.