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Sigamos adelante

Quedan sólo días antes de sufrir la intensa pandemia, para proteger a nuestros ciudadanos e implementar las lecciones de los países que hoy están en la mala. Responsabilicémonos.

29 de marzo de 2020 Por: Alejandro Éder

La tendencia indica que el coronavirus lamentablemente está avanzando en Colombia. Sí se han resuelto medidas que pueden desacelerar la pandemia, pero sabemos que llegarán momentos difíciles. Hace 15 días había 45 casos confirmados en el país, cero fallecidos. Hoy, la situación es otra. A 29 de marzo tenemos 702 identificados de los cuales el 52% son importados, y el resto contagiados aquí. Diez han muerto.

En estas dos semanas, se han implementado pasos obligados. Las capitales, en especial Bogotá, asumieron las riendas y fueron las primeras en tomar medidas drásticas como el toque de queda para frenar la pandemia. Luego, en días el Gobierno Nacional cerró el espacio aéreo por un mes, dictó toque de queda nacional por 20 días y nombró un insuperable gerente para atender la emergencia. Nos parecía todo demorado, pero nos movimos rápido comparados con países que hoy están devastados por el Covid-19.

En el Valle también reaccionamos. La gobernación ha articulado actores del sector salud y la academia para preparar la respuesta médica. Los hospitales están liberando plazas de UCI y camas hospitalarias para los eventuales enfermos, y estamos previendo hospitales de campaña, que ojalá jamás tengamos que montar, ni ocupar. También -por fin- se están recuperando aceleradamente hospitales que habían sido víctimas de la corrupción.

Los ciudadanos y empresas privadas no dudaron en movilizarse. Compañías de fármacos y de confección están orientando su capacidad para fabricar medicinas y los elementos necesarios para frenar la pandemia. Productores y proveedores de comida trabajan sin descanso. Fundaciones y ciudadanos han dispuesto importantes recursos para alimentar a los más necesitados. Y, lo más notable, miles de ciudadanos se están quedando en casa a pesar de los muchos que no.

Sin embargo, aún faltan pasos críticos. Uno es la toma masiva de muestras. El Director General de la OMS advierte que la cuarentena sólo disminuye el ritmo del contagio, mas no vence el virus. Para vencerlo, necesitamos muchas pruebas para detectar y aislar a todos los enfermos. Hasta hace pocos días, las pruebas las hacía sólo el INS, que tiene capacidad de 1800 diarias, aunque en efecto hacían menos. Por fin descentralizaron el proceso, pues se requieren por lo menos diez mil diarias. Univalle y la Fundación Valle del Lili ya lo hacen.

También, es imperativo el apoyo a la clase media y a los pobres del país para mantener la cohesión social. No podemos sobrevivir la pandemia para luego morir como sociedad. El Gobierno Nacional asignó $14 billones para atender la crisis; necesitamos 10 veces más. El faltante se puede recaudar con mecanismos novedosos para Colombia; sugiero bonos de guerra pagaderos a 50 años, altamente rentables, libres de impuestos, líquidos y utilizables como colateral. Esta plata se debe dirigir a créditos blandos para pequeñas y medianas empresas para prevenir que quiebren y que despidan empleados. Se debe aprovechar también para formalizar a Mipymes informales para que puedan beneficiarse de los mismos créditos. Con el restante se puede contribuir al pago de servicios públicos, arriendos y alimentos de miles de ciudadanos.

Aunque a veces no parece, vamos por donde toca y aún falta camino por andar. Las cosas empeorarán antes de que nos libremos del Covid-19. Quedan sólo días antes de sufrir la intensa pandemia, para proteger a nuestros ciudadanos e implementar las lecciones de los países que hoy están en la mala. Responsabilicémonos.