Pilas con la clase media

Los efectos devastadores del Covid-19 en la salud, lo social y lo económico, se harán sentir por el próximo año y medio que durará la emergencia sanitaria y por lo menos los cinco años venideros. Está lucha es dura, si nos organizamos bien y trabajamos unidos podremos encontrar una ruta para superar la crisis y para salir fortalecidos.

Con la cuarentena, al parecer Colombia ha logrado ralentizar el avance de la pandemia, y el tiempo comprado se ha aprovechado para preparar la respuesta sanitaria. Sin embargo, siguen en aumento los enfermos confirmados y el pico está por llegar. Esto indica que se mantendrán algún grado de controles, y obligatoriamente debemos ver como minimizar sus estragos en el bienestar ciudadano.

A primera vista, la situación socioeconómica no es alentadora. En 2002, Colombia tenía una tasa de pobreza monetaria cercana al 50%. En 2018, luego de una década y media de trabajo, llegamos al 27%. En veinte años más de 10 millones de colombianos salieron de la pobreza e ingresaron a la clase media, tristemente la mayoría a una ‘clase media vulnerable’ que podrá retroceder ante esta crisis descomunal. Hoy, ocho millones de personas están ante esta terrible probabilidad, que de hacerse realidad afectará la calidad de vida de todos nosotros.

Ni Cali, ni Colombia pueden no atender esta situación. Por un lado, tenemos que vencer el Covid. Por el otro, tenemos que atender las necesidades sociales reactivando la economía de manera inteligente y juiciosa, entendiendo que esto no significa un retorno a la vida conocida. Los restaurantes serán menos concurridos, el comercio tendrá que acelerar su paso al ámbito digital, y las empresas tendrán que flexibilizar horarios laborales para respetar el distanciamiento social. Las autoridades nacionales y locales deberán destinar recursos para apoyar la transformación empresarial, en especial de Mipymes, para adaptarse a la nueva realidad. También tendrán que auxiliar a los más vulnerables y a empleados de los sectores más afectados.

No perdamos de vista que esta crisis es global, y que de esto surgirán oportunidades. Por ejemplo, la guerra comercial entre China y Estados Unidos muy seguramente se recrudecerá. Muchas empresas americanas que hoy operan en Asia buscarán reasentarse en las Américas. Colombia y en especial Cali tienen condiciones privilegiadas para atraer dichas empresas y así generar los nuevos empleos que tanto necesitamos. Para este propósito y otras oportunidades, gobernantes locales, líderes empresariales, academia y comunidad debemos trabajar unidos.

Lo más importante es que redefinamos el contrato social en Colombia. En el país hemos enfocado nuestros esfuerzos a proteger a los más vulnerables, debemos igualmente salvaguardar a la clase media. Este esfuerzo debe ser nacional, pero Cali y el Valle del Cauca también deben aprovechar sus Planes de Desarrollo para tal menester. La actual administración de Cali habla de por lo menos $2,2 billones destinados a la recuperación post-Covid. Este recurso debe continuar con la protección de los más vulnerables y debe extenderse singularmente a la clase media con giros directos, apoyo para el arriendo, apoyo para la educación superior y subsidio a los servicios públicos.

Siendo prácticos, por la Cali que soñamos, y trabajando para consolidar los avances sociales de las últimas dos décadas, podemos volver esta pandemia una oportunidad única para para hacer las cosas bien y desarrollarnos con equilibrio y equidad.