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Construyamos una visión para Cali

Una visión a largo plazo bien hecha tiene que ser liderada desde lo público pero elaborada con todos los sectores.

5 de enero de 2020 Por: Alejandro Éder

Las últimas dos o tres décadas han sido complejas para Cali. En ese tiempo -tanto en el imaginario caleño como en el de la Nación- pasamos de ser la segunda ciudad de Colombia, a ser la tercera después de Medellín y para muchos hasta la cuarta después de Barranquilla.
Algunos dirán que los indicadores muestran que las cosas no van tan mal, que esa aparente caída de la ciudad tan sólo es una percepción, pero lo cierto es que cuando la percepción se alarga en el tiempo, pasa a ser realidad. Los caleños nos tenemos que proponer darle la vuelta a esto en la mayor brevedad -porque el talante y la madera para lograrlo, los tenemos.

Lo primero que necesitamos es desarrollar una visión compartida de ciudad de largo plazo. Hoy en día, cualquier organización, desde un emprendimiento hasta una fundación o una institución educativa tienen una visión clara sobre dónde van a estar los próximos 5 o 10 años. Lo mismo pasa en las ciudades más desarrolladas del mundo. Ciudades como Atlanta, Singapur, Bilbao o Nueva York son pujantes y todo funciona como debe de ser porque tienen una visión de desarrollo socioeconómico y urbano sostenible y un plan maestro para lograrla. Sus visiones y planes de desarrollo son a 15 años, por lo menos, y en algunos casos a 50 años.

Cali en cambio, no tiene nada de eso, por eso avanzamos de manera desordenada en cuanto a nuestra proyección socioeconómica y desarrollo territorial. Aunque algunas universidades, gremios e incluso organizaciones de la sociedad civil han planteado visiones a mediano plazo, en nuestra ciudad no existe una visión compartida ni exhaustiva que tome en cuenta las aspiraciones y necesidades de diversos sectores. Peor aún, cada que hay cambio de gobierno municipal se reorienta de nuevo la dirección de la ciudad.

Una visión a largo plazo bien hecha tiene que ser liderada desde lo público pero elaborada con todos los sectores. Debe a su vez ser aterrizada en un POT bien sustentado en lo técnico, lo jurídico y lo ambiental, así como en diversos Planes de Desarrollo. Esta visión colectiva no puede depender de los gobernantes de turno porque su periodo pasa en un abrir y cerrar de ojos. El camino de avanzar hacia el desarrollo real ya se ha inventado e implementado con éxito en otras latitudes. La clave es la proyección en el tiempo y el trabajo en conjunto de los distintos sectores de la ciudad: el público, el privado, la academia y la sociedad civil.

Esta ciudad tiene talento de sobra y muchos liderazgos fuertes, solo que en años recientes hemos sido incapaces de trabajar juntos los grandes temas de ciudad. Todas las capitales del mundo que han logrado dar vuelco a sus destinos, incluyendo Medellín y Barranquilla, lo deben en gran parte a ese liderazgo mancomunado entre los distintos sectores de la sociedad. Es fundamental también que como ciudadanos les exijamos a nuestros líderes, vengan de donde vengan, un buen comportamiento ético y que nos unan.

En Cali el momento para soñar con el futuro de nuestra ciudad es ya. Inclusive, debemos aprovechar que en 2036 Cali cumple 500 años para trazar una visión de la ciudad que nos merecemos, pujante económicamente, segura, con justicia social e incluyente. Esta visión debe ser construida e implementada de manera conjunta, con solidez técnica y alejada de las divisiones y los odios que algunos promueven. Trabajando unidos podemos devolverle a Cali el lugar que le corresponde.