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Agua para Cali

Cali es una de las ciudades más importantes de Colombia. Lamentablemente, durante mucho tiempo estuvimos sumidos en el abandono por diversas razones y perdimos un poco nuestro rumbo.

24 de junio de 2018 Por: Alejandro Éder

Cali es una de las ciudades más importantes de Colombia. Lamentablemente, durante mucho tiempo estuvimos sumidos en el abandono por diversas razones y perdimos un poco nuestro rumbo. Hoy con liderazgos públicos y privados comprometidos lo estamos recuperando y estamos volviendo a enfocarnos en temas críticos. Nada más crítico para la vida que el agua, recurso que hoy está amenazado para nuestra ciudad-región por razones tan diversas como el calentamiento global, la contaminación, la deforestación y el crecimiento poblacional.

En 2017 la planta para el tratamiento de agua potable (Ptap) de Puerto Mallarino sobre el Río Cauca, que abastece el 70% de agua potable de la ciudad, dejó de operar nueve veces. Los cortes en el servicio se debieron principalmente a dos causas: primero, la calidad del agua de la fuente y segundo, el estado crítico de las redes de distribución. Si bien Emcali viene haciendo grandes avances en los últimos meses para evitar este tipo de cortes a futuro, entre 2012 y 2016 los caleños permanecimos en promedio hasta dos días al año sin el servicio del agua.

Lo anterior representa una alerta con relación a la vulnerabilidad del sistema de abastecimiento de agua en Cali y evidencia cómo los eventos ocurridos río arriba y en ríos tributarios del Cauca afectan nuestra población. Por la naturaleza regional del problema no podemos pensar en una solución única y de ciudad para mitigar los efectos a corto plazo sino en una serie de soluciones integrales y regionales a mediano y largo plazo que ataquen el problema de manera efectiva y duradera.

Desde hace tres décadas se han planteado diversas soluciones para resolver el tema del agua potable para Cali y su región de influencia. Sin embargo, y a pesar de soluciones coyunturales, no se ha emprendido aún una iniciativa de fondo para asegurar este recurso vital por los próximos cincuenta o cien años. Así como en Cali hemos logrado sacar adelante iniciativas ambiciosas en otras áreas gracias a la gestión oportuna, eficiente y articulada de diversos actores, tenemos que priorizar y asegurar a largo plazo el agua potable.

Una buena gobernanza, planeación y la suma de esfuerzos entre los diferentes actores del sector público, privado, académico y ONG, así como la fijación de un objetivo claro y preciso en el tiempo, son factores clave para materializar una solución, sea cual sea. Debemos aprovechar el impulso de Emcali, de la CVC y de la academia entre otras organizaciones vinculadas a la Comisión por la Recuperación del Río Cauca que hoy buscan plantear soluciones concretas para definir una ruta en la que diferentes instituciones y la sociedad civil tengan un rol conforme a sus responsabilidades. Eso sí, las soluciones que hoy nos planteemos deben ser visionarias y medidas en décadas y no en años.

Es preciso decir que la solución no sólo implica buscar nuevas fuentes de abastecimiento, ampliar la capacidad técnica de las plantas de tratamiento o construir más reservorios, sino pensar en que el problema se soluciona en gran parte enfocándonos en las cuencas del río Cauca y de sus tributarios. Con reforestación, recuperación de humedales, erradicación de la minería ilegal, obras hidráulicas y proyectos de conservación, sumados a una solución concreta para el abastecimiento de agua potable en Cali, es posible lograr en un mediano a largo plazo una ciudad-región con agua segura y constante.