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San Juanito

La familia de Joaquín Ricaurte se destacó por ser uno de los clanes más importantes de la Nueva Granada, cuyos miembros se sacrificaron por la causa de la Independencia.

8 de septiembre de 2019 Por: Vicky Perea García

Después de Boyacá, el 3 de septiembre de 1819 llegó Sebastián de la Calzada a Popayán en desaforada huida desde Santafé. Al conocer días más tarde lo sucedido en El Guanábano, organizó una fuerza de quinientos hombres al mando del teniente coronel de Húsares del Príncipe, Miguel Rodríguez, y la envió a someter al valle geográfico del río Cauca. Viajaron con bandera negra y encontraron una población vallecaucana, definitivamente sublevada, que de manera inusitada rodeó al general Joaquín Ricaurte, uno de los guerrilleros que se había remontado por más de dos años en las montañas vallecaucanas y era hermano de Antonio Ricaurte el héroe de San Mateo.

Joaquín Ricaurte, por orden de la jerarquía castrense de la época, tomó el mando y designó este particular cuadro: eligió a Juan María Álvarez como jefe del Estado Mayor; a Juan Runel, un aventurero inglés como comandante de división; a José Ignacio Rengifo comandante de cuerpo; Juan Solano y Camilo Mendoza comandantes de infantería y Juan María Ledesma capitán de caballería, para enfrentar a los realistas en la Hacienda San Juanito de Buga.

La batalla se efectuó el 29 de septiembre. Pelearon cerca de 2000 hombres, resultando derrotados los realistas. El teniente coronel del ejército español Miguel Rodríguez fue hecho prisionero junto con su estado mayor, y luego llevados a Cartago donde serían fusilados por orden del general republicano Custodio Gutiérrez. El contingente español Húsares del Príncipe, era el último que quedaba de los que habían llegado con Pablo Morillo cuatro años antes.

La familia de Joaquín Ricaurte se destacó por ser uno de los clanes más importantes de la Nueva Granada, cuyos miembros se sacrificaron por la causa de la Independencia. Desde un principio sobresalieron: Joaquín, quien firmó el Acta del 20 de julio en Santafé; Antonio inmolado en la batalla de San Mateo en Venezuela; Isidoro, quien combatió en la gran trinchera del cañón de Juanambú, donde recibió los máximos honores de Antonio Nariño; Manuel, Andrea y José María quienes cumplieron especiales labores de lucha durante la contienda.

Joaquín había sido segundo al mando de Simón Bolívar durante la campaña de 1813 y trasegó en los diferentes teatros de la guerra venezolana, destacándose ampliamente hasta que luego de la invasión del Pacificador Pablo Morillo, enfermo y ya entrado en años, tuvo que renunciar al mando del ejército granadino de oriente y refugiarse en muchos sitios, soportando grandes penalidades, para escapar al sometimiento del Pacificador Morillo, hasta terminar en las selvas vallecaucanas, en espera de la ocasión para enfrentarse nuevamente a las fuerzas de Sebastián de la Calzada, el comandante español a quien tanto había combatido con Bolívar en los Llanos Orientales.

Ricaurte permaneció por más de dos años emplazado como guerrilla, en el norte del valle geográfico del río Cauca. Sus áreas de operación fueron las cabeceras de las poblaciones de Anserma en el Valle, Nóvita en el Chocó, y Sopinga, localidad situada hoy en la planicie de La Virginia y Risaralda.

La ocasión de enfrentar a Calzada se le presentó cuando el comandante español llegó a Popayán, en su huida desde Santafé después de la Batalla de Boyacá y envió al teniente coronel Miguel Rodríguez a enfrentarle en el combate de San Juanito, en Buga. Joaquín Ricaurte le salió al encuentro y lo derrotó en la que se consideró la última batalla de la Independencia en territorio vallecaucano. Pocos años después, achacoso y enfermo, se retiró a una vida privada en su ciudad natal Villa de Leyva, donde falleció poco tiempo después en 1821.

A Joaquín Ricaurte los historiadores lo suelen confundir con Joaquín París Ricaurte, otro miembro de la familia, con destacado palmarés también en las conmemoraciones de la Independencia granadina.