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Boyacá

El 7 de agosto es la fecha con la cual conmemoramos cada año la Batalla de Boyacá donde, ‘según la historia oficial’, se selló la Independencia nacional. Nada más lejos de la realidad, porque en esa oportunidad el...

7 de agosto de 2019 Por: Alberto Silva

El 7 de agosto es la fecha con la cual conmemoramos cada año la Batalla de Boyacá donde, ‘según la historia oficial’, se selló la Independencia nacional. Nada más lejos de la realidad, porque en esa oportunidad el Virreinato de la Nueva Granada estaba constituido por 15 provincias: Cundinamarca, Tunja, Cartagena, Popayán, Mariquita, Panamá, Chocó, Antioquia, Neiva, Casanare, Pamplona, Riohacha, Santa Marta, Socorro, y Veraguas (hoy Nicaragua). Con la Batalla de Boyacá solo se liberaron las dos primeras.

Dos siglos después de que Bolívar transmontara la Cordillera Oriental y diera esa batalla, los colombianos seguimos convencidos con torpeza, que con ese legendario y heroico combate, logramos liberarnos del dominio español, simplemente porque desde Bogotá, años después, unos venerables señores despistados así lo dijeron.

Después de Boyacá, quedó faltando mucho para lograr la Independencia colombiana. Debieron transcurrir todavía tres años y medio más, de enfrentamientos bélicos con sangre, dolor y lágrimas que los señores de Santafé de Bogotá, cómodamente recostados en sus sillones, no tuvieron en cuenta para escribir la verdadera historia Patria de la nación. De esa manera omitieron el protagonismo del occidente colombiano en donde las tropas del valle geográfico del río Cauca, perteneciente en aquella época a la provincia de Popayán integradas con soldados nativos de la comarca se jugaron sus restos después de nueve años de guerra desde 1811 en el Bajo Palacé pero esta vez, en batallas como las de El Guanábano en Caloto, San Juanito en Buga, Genoy en cercanías de Pasto, Pitayó en el Cauca, hasta la última gran Batalla de Bomboná en 1822 en las estribaciones occidentales del volcán Galeras, donde quedaron regueros de combatientes vallecaucanos que la historia centralista colombiana ha sido renuente en recordar.

Hugo Chávez con su jauría de medios de comunicación, presente en Villavicencio durante la fallida entrega del niño Emmanuel, hijo de Clara Rojas, frente a varias indignidades del mundo y de Colombia, abrió su boca por la televisión y ante un mapa, dictó la manera como los venezolanos con Bolívar a la cabeza habían trasmontado el páramo de Pisba, desde los Llanos Orientales para liberar a la Nueva Granada. Lo hizo sin hacer mínima mención de los granadinos. Nadie, absolutamente nadie en Colombia protestó por tamaña omisión, por una simple razón: muy poca gente conoce la verdadera historia. Además, Chávez como Bolívar quien era un genio de la publicidad y ponderaba a sus coterráneos, no contó la versión completa.

Vean ustedes: Bolívar salió de Pore, población del Casanare, con 2000 granadinos de diversas regiones de aquella Colombia incluidos los de los Llanos Orientales, juntos con otros 800 hombres entre ingleses y venezolanos, de los cuales solamente 600 llegaron al pie de la Cordillera Oriental en Morcote para iniciar el ascenso al Páramo de Pisba. Al otro lado de la cordillera, en Socha, los dos mil granadinos fueron los primeros en llegar. Dos días después arribaron los restantes: 300 de la Legión Británica y 200 venezolanos; habían desertado otros 100 más.
En Colombia se persiste en seguir comulgando con la deficiente historia Patria que nos escribieron los abuelos y no se tiene el valor de revaluarla como lo hacen a diario las naciones modernas en la medida que aparecen nuevas investigaciones y se perfeccionan las técnicas historiográficas.  Ojo entonces: la celebración del 7 de agosto de este año es la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Boyacá, más no la del Bicentenario de la Independencia de Colombia. Los desmemoriados centralistas habrán de esperar tres años y medio más hasta el 7 de abril del 2022 para ahí sí conmemorar el Bicentenario de la última batalla de la Independencia en Bomboná, que resultó en empate pero liberó al país entero.