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Resultado electoral

Nadie debe sorprenderse por el resultado de las elecciones atípicas del domingo...

3 de julio de 2012 Por: Alberto José Holguín

Nadie debe sorprenderse por el resultado de las elecciones atípicas del domingo pasado. Sucedió lo que tenía que suceder. Pero vale la pena que analicemos quiénes ganaron y quiénes perdieron. Entre los triunfadores es obvio que esté Ubeimar Delgado quien ganó porque tenía que ganar, ya que contaba con el apoyo de la mal llamada coalición de Unidad Nacional que no ofreció nada nuevo y que al ungirlo como candidato lo único que hizo fue un show en el que unos políticos de la vieja escuela confirmaron los vicios de que adolecen y nombraron a otro político tradicional. La tal Unidad no pensó en lo que le convenía al Valle y desaprovechó la oportunidad de haber candidatizado a alguien nuevo, con ideas modernas, un verdadero gerente que habría recibido un fuerte apoyo ciudadano. Como una paradoja muy diciente, Ubeimar fue también uno de los perdedores dada la escasa votación que recibió, apenas 263 mil votos, lo que hará que le toque gobernar con sólo el 8,4% del potencial electoral. Mientras Francined Cano, candidato poco conocido y algo carismático, se convertía en otro ganador al quedar a sólo 93 mil votos de Ubeimar, Juan Carlos Martínez fue uno de los perdedores pues por primera vez en mucho tiempo ni su chequera ni su influencia fueron suficientes para sacar adelante a su pupilo. ¿Será que su reinado está llegando a su fin? De Carlos Arbey González hay poco que decir; hizo el ridículo con sólo 23 mil sufragios en la aventura en que lo metió el derretido Polo Democrático. La enorme abstención del 80,6% fue ganadora o perdedora según los ojos con que se le mire. Ganadora si la consideramos como lo que es, indiferencia de la gente saturada de absurdos políticos en un proceso electoral mediocre. Y perdedora si aceptamos que al no ejercer el derecho al voto los abstencionistas, como siempre, no hicieron otra cosa que perjudicar a la democracia. No me quiero montar en el tren de la victoria de Ubeimar porque no voté por él. Yo voté en blanco como otros 134 mil vallecaucanos que fuimos los mayores ganadores pues al lograr el 22% de los votos sufragados, contra menos del 5% en octubre de 2011, se estableció un precedente nunca antes visto en Colombia a nivel departamental, que en el futuro ojalá pueda cambiar muchas de las malas costumbres políticas que tanto nos perjudican. Por fin la gente entendió que votar en blanco no es botar el voto como dicen sus opositores y que para quienes creemos que votar es un deber moral y un derecho constitucional “el voto en blanco es una herramienta de resistencia democrática y una expresión política y ciudadana de inconformidad y rechazo a las candidaturas que no representan el interés general”.Es oportuno que Ubeimar sea consciente de que tendrá encima los ojos vigilantes de miles de vallecaucanos defraudados y aburridos de tanta mediocridad y corrupción y que encontrará el Departamento descuadernado y lleno de problemas. Es como si le tocara montarse en un potro cerrero lleno de resabios y difícil de domar. Y que recuerde que a partir de 1999 pasaron por el Palacio de San Francisco 10 mandatarios, seis de ellos en los últimos dos años. Pero también debe tener presente que de él, solamente de él, depende recuperar la dignidad del cargo para el que fue elegido y que los ciudadanos responsables y sensatos deseamos que acierte y lo apoyaremos mientras tenga la voluntad de servir y hacer las cosas como Dios manda.