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Qué pereza

Estamos en plena campaña presidencial, a un mes de las elecciones,...

23 de abril de 2014 Por: Alberto José Holguín

Estamos en plena campaña presidencial, a un mes de las elecciones, y no se nota ningún ambiente que mueva a la gente a pensar en ellas y mucho menos a decidir por quién dará su voto. Es un letargo fuera de lo común, mucho mayor que en oportunidades anteriores, porque ya no es el deseo de abstenerse por desconfianza sino por absoluta pereza. Esta pereza se debe a que no ha habido campaña por la presidencia, porque ninguno de los candidatos ha expuesto una sola idea original que motive a la gente a actuar.Podría decirse que hay dos grandes corrientes: los pacifistas encabezados por el presidente Santos y los guerreristas representados por Álvaro Uribe en la figura de Óscar Iván Zuluaga. Pero eso no es cierto. En el fondo todos quieren la paz pero ninguno entiende de qué paz estamos hablando. Llevamos un año discutiendo en La Habana y hasta ahora ni para atrás ni para adelante. Todos queremos que las cosas se concreten pero honestamente cada día se ven más complicadas.Ahora pasemos a los candidatos de manera somera, en orden alfabético. Clara López Obregón, de corriente izquierdista aunque ostenta los apellidos más distinguidos de Bogotá. No somos muchos los que creemos en que practica lo que dice; Enrique Peñalosa: todo un señor, inteligente y práctico. Dicen que es un mal candidato, pero yo digo que podría ser un gran mandatario, como lo demostró cuando dirigió los destinos de Bogotá. Recuerden a Álvaro Gómez. Lo perdimos por politiqueros pero habría sido un excelente gobernante; Marta Lucía Ramírez vive una situación tan complicada que en el momento de escribir esta nota aún no se sabe si es o no la candidata de su partido; Juan Manuel Santos: era el favorito a la fija pero sus posiciones ambiguas y el tratar de darle gusto a todo el mundo, han ido minando su popularidad. Sus frecuentes y pequeñas metidas de pata le afectan mucho. El miércoles, por ejemplo, aseguró a la prensa del mundo que García Márquez no sufría de cáncer. Pero el Premio Nobel lamentablemente murió de ese mal a las pocas horas; Óscar Iván Zuluaga, como heredero de Uribe nació muerto. No ha dicho nada ni demostrado nada. Curiosamente ha aumentado unos pocos puntos en las encuestas.Y en cuanto a programas, ideas novedosas, planes de progreso, educación, seguridad, igualdad entre los tres poderes, respeto a las autoridades, respeto al pueblo, oportunidades, reducción del desempleo, mejoras tan sencillas como ponerle agua potable a todos los municipios del país con el dinero despilfarrado, educación cívica para la juventud, cultura básica y tantas otras iniciativas que con relativa facilidad podrían ser parte de lo que consideramos civilización y progreso, nada de nada. Ninguno de los cinco dice ni mu. Pues prefieren seguir insultándose, sacándose los cueros al sol y dando la impresión de botar una envidia morbosa unos contra los otros.Hoy no tengo ni idea para dónde vamos. Lo único que tengo por seguro es que de aquí al 25 de mayo pasaremos unos días tediosos y sumamente aburridores. Qué pereza.***Coletilla: García Márquez le debe casi todo a Aracataca, donde aspiró desde niño el ambiente mágico que lo convertiría en un genio de la literatura. Lástima que no hubiera dejado instrucciones claras para que sus cenizas, o parte de ellas, descansaran para siempre en su pueblo natal. Ese habría sido uno de los más bellos gestos de su vida.