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Qué desprestigio

Insisto una vez más en que uno de los mayores errores de...

9 de mayo de 2012 Por: Alberto José Holguín

Insisto una vez más en que uno de los mayores errores de la Constitución del 91 fue haber establecido la elección popular de gobernadores y alcaldes porque Colombia no estaba preparada para semejante prueba. Los constituyentes, presididos por Álvaro Gómez, Horacio Serpa y Antonio Navarro, no olvidaron lo inmaduros que eramos políticamente, sino que vieron un filón de oportunidades desde su punto de vista egoísta que llenaba sus expectativas de manejar el país de una forma que les convendría más porque le quitaban poder al Presidente, quien era el que antes hacía los nombramientos de los mandatarios seccionales, los que a su vez escogían a los alcaldes. Y lo más grave es que esta decisión se presentó a la opinión como una gran conquista democrática, lo que no fue así ya que fomentó la corrupción política. Desde todo punto de vista pensar en reversarla es sólo una ilusión imposible de lograr ya que cualquier cambio debería ser aprobado por el Congreso, el cual no tendría ningún interés en hacerlo.Y ahora sí entremos en materia, refiriéndonos al desprestigio que está viviendo el Valle del Cauca como consecuencia de la absurda medida que disfrazada de democrática implantaron los constituyentes del 91. Increíblemente nuestro Departamento ha sido gobernado por nueve personas en los últimos 14 años y por cinco en los últimos cuatro años. Si empezamos con Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien se posesionó en enero del 98, y vamos hasta Aurelio Iragorri, quien fue escogido por el presidente Santos para actuar unas semanas mientras se solucionaba la interinidad creada por ‘Useche, el Breve’, como tan acertadamente lo bautizó Aura Lucía Mera, han pasado por el Palacio de San Francisco Álvarez Gardeazábal, Juan Fernando Bonilla, Germán Villegas, Angelino Garzón, Juan Carlos Abadía, Víctor Salcedo, Francisco Lourido, Héctor Fabio Useche e Iragorri. Qué desprestigio, qué desgobierno, qué despilfarro de energías en un departamento tan bello que infortunadamente, y esa es la verdad, está llevado del diablo. Y aterrémonos al recordar que de los cinco mandatarios elegidos popularmente, tres fueron destituidos o suspendidos y sólo dos terminaron su período, lo que confirma la equivocación de los constituyentes y la irresponsabilidad de los electores.¿Qué viene ahora? Que como somos un país lleno de leyes absurdas, el MIO, movimiento político que llevó a Useche a la gobernación, en vez de ser vetado por haber respaldado a una persona siempre cuestionada y ahora sancionada, fue premiado con el nombramiento de Adriana Carabalí como gobernadora encargada. ¿Por qué? Porque el presidente Santos tuvo que elegir a uno de los integrantes de la terna que le presentó el MIO. Pero la cosa buena es que desde hace cuatro días el Valle entró en ley de garantías, es decir que los nombramientos, contrataciones e inauguración de obras quedan suspendidos hasta el 1 de julio, fecha escogida por el Gobierno Nacional para celebrar las elecciones atípicas, en las cuales ojalá los vallecaucanos demostremos que aprendimos la lección y votemos por alguien que valga la pena para que nuestro departamento recupere su importancia en el concierto de las regiones de Colombia. Pero para lograrlo debemos estar unidos, actuar con inteligencia, sin vender nuestro voto por un plato de lentejas, que es la forma como algunos políticos indeseables han venido mangoneando las elecciones del Valle del Caduca desde hace varios años.