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Bien por Santos y Garzón

Estuvo de buenas el presidente Santos por el oportuno diagnóstico que acertadamente...

10 de octubre de 2012 Por: Alberto José Holguín

Estuvo de buenas el presidente Santos por el oportuno diagnóstico que acertadamente dieron sus médicos al sospechar un cáncer de próstata, lo que fue confirmado con la biopsia que reveló que el tumor que tenía estaba apenas empezando a evolucionar y aún seguía encapsulado. Muy de buenas, repito, porque el cáncer de próstata es perfectamente curable cuando se detecta a tiempo pero mortal cuando se diagnostica tardíamente.Ahora, sin querer ser fatalista ni dármelas de gracioso, creo que también estuvo muy de buenas el vicepresidente Garzón quien por un pelo se salvó de la palomita que le habría permitido llegar al solio de Bolívar por una jugada del destino, si Santos hubiera pedido autorización al Congreso para dejar su cargo temporalmente a fin de operarse del mal que lo aquejaba. En vez de eso, en un gesto que lo enaltece, el Primer Mandatario decidió que la cirugía fuera en Bogotá, con anestesia local para estar siempre consciente y en capacidad de ejercer sus funciones por lo que no hubo ausencia temporal del cargo de Presidente. De paso le dio un voto de confianza a la medicina colombiana, por cierto muy merecido.Fue distinto el caso de Carlos Lemos Simmonds a quien, según él, se le apareció la Virgen cuando el presidente Samper dejó el cargo por unos días en 1998. Argumentando que su vida corría peligro si no se sometía en Canadá a unos chequeos médicos, cuya necesidad y realización nunca se confirmaron, tramitó su retiro temporal de la Presidencia para que se nombrara en propiedad a su amigo el Vicepresidente a quien debía varios favores políticos. Lemos fue ungido Primer Mandatario con todos los honores, viajó al día siguiente a Popayán para que sus paisanos lo homenajearan y recordaran las épocas gloriosas en que 11 ilustres payaneses fueron presidentes de la república, 48 horas después regresó a Bogotá y al atardecer del séptimo día -como ocurrió en la creación del mundo- descansó y devolvió las riendas del poder a Samper. Pero en forma vitalicia quedó gozando de las prebendas de los expresidentes, entre las cuales una de las más importantes es la pensión de jubilación de exmandatario. Fue tan criticado y notorio el absurdo cometido por Samper que cinco años después, cuando estaba próximo a morir, Lemos pidió que no le rindieran los tributos póstumos reservados a los presidentes de Colombia.Fue muy digna la postura asumida por el presidente Santos quien no quiso convertirse en mártir de su enfermedad y la manejó con discreción, al mismo tiempo que demostró gran responsabilidad al no desprenderse de su cargo ni un solo día. Y en cuanto a Angelino, a la larga será mejor para él no haberse beneficiado del mal ajeno. Se habría convertido por carambola en Presidente por unos pocos días y habría repetido la triste historia de Carlos Lemos. Durante la hospitalización del Jefe del Estado, Garzón lo visitó, hizo votos por su pronta recuperación, no dio declaraciones que se hubiera podido mal interpretar y conservó siempre su bajo perfil.Afortunadamente para Colombia los tiempos han cambiado y así como “algo va de Pedro a Pedro”, hay una gran diferencia entre Juan Manuel Santos y Ernesto Samper y una gran distancia entre Angelino Garzón y Carlos Lemos.