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Mi verdad- el clima

Muchos de los entusiastas e influyentes antivacunas han muerto de covid. Literalmente ahogados en su ignorante tozudez, han arrastrado a muchos seguidores a escoger el camino de la muerte.

9 de diciembre de 2021 Por: Alberto Castro Zawadsky

Poner de acuerdo a presidentes y dirigentes de 197 países y comprometerlos con acciones difíciles tiene un mérito indiscutible.
Desde Kioto, pasando por París, hasta Glasgow, se vienen reuniendo miles de expertos que evalúan cómo los humanos estamos arrasando con esta, nuestra única morada.

El método científico implica que toda observación o experimento se somete a múltiples comprobaciones en muchos sitios por diferentes personas. Así se solidifica la evidencia científica. En ciencias exactas no hay mayor discusión una vez que se establece un principio. Por eso se la llama Ley. La fórmula de la ley de la gravedad funciona siempre y no se la somete a votaciones. Pero otras no son tan exactas y no por ello dejan de ser ciencia. La razón es que son demasiadas variables y no alcanzamos a entender la totalidad de sus interacciones. Siendo menos precisas representan la mejor aproximación a la verdad.

El análisis de lo que le está pasando al planeta cae en esa categoría. Hay quienes cuestionan la precisión de las medidas y controvierten la magnitud de las predicciones apocalípticas.

Pero quienes niegan que fono-sapiens ha generado cambios, pretenden tapar el sol con las manos.

Basta ver los reportes de especies que han desaparecido o están a punto de hacerlo, hacer seguimiento de fotografías satelitales de bosques, selvas y glaciares, realizar que la pesca industrial tiene que ser subsidiada, para que acabe con lo poco que queda. Leer de fuentes confiables cómo estamos eliminando la biodiversidad, llenando la tierra a unas pocas especies que esclavizamos para satisfacer nuestros gustos, llenando la atmósfera de metano, y contaminando ríos con pesticidas y fertilizantes, consecuencia del monocultivo intensivo. Conocer las mediciones de temperatura y acidez de los océanos que están convirtiendo los corales en gigantescos cementerios de esqueletos blancos.

Tenemos que entender, que es basándonos en hechos y datos, que tendremos acceso a la verdad y así tomar las acciones necesarias para sobrevivir. No se puede adornar la controversia argumentando que se trata de manipulaciones políticas de los más liberales y verdes, o que algunos se enriquecen con el cuento. Es argumentación fútil y puede usarse en ambos sentidos: el negacionismo climático se genera en el conservadurismo de quienes se asustan con el cambio porque ven amenazada su riqueza basada en la energía no renovable.

Los cambios inducidos por la actividad humana en el planeta son indiscutibles. Lo que se puede discutir es su gravedad, y cuanto es el tiempo que tenemos para cambiar. Pero tiene que haber una conciencia en gobiernos, empresas, ciudades, grupos y personas, sobre la urgencia de evolucionar hacia una interacción distinta con la naturaleza. Puede ser lenta y gradual y no debe incluir medidas ruinosas como parar de un tajo la producción de petróleo en un país como Colombia.

Muchos de los entusiastas e influyentes antivacunas han muerto de covid. Literalmente ahogados en su ignorante tozudez, han arrastrado a muchos seguidores a escoger el camino de la muerte.

Asumir esa misma actitud con el cambio climático, es también invitarnos al suicidio colectivo.