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6 de 10

Lo que mueve al mundo, para bien o para mal, es la información, distorsionada o correcta, depende de quien la diga y de quien la interprete. Lo que leemos o escuchamos se convierte en emoción que se trasluce en comportamiento.

16 de abril de 2024 Por: Gloria H.

Esta columna también podría titularse cómo interpretar (o manipular) la realidad, tema recurrente para mí, precisamente por lo que esconde y distorsiona. Las generalizaciones, las encuestas ‘personales’, el creer que mi verdad es la verdad universal, nos lleva a encerrarnos en burbujas donde solo veo lo que existe en mi laberinto. Pero ‘afuera’ hay otro mundo que al menos debo observar.

Nadie pide que se esté de acuerdo, pero la necesidad de equilibrio es básica, no solo desde contextos sociales o económicos, sino desde el ámbito de la salud mental porque vivir con miedo es nefasto. Vivimos interpretando de acuerdo a nuestras creencias. Intentar buscar equilibrio es de lo más complejo que hay pero es el compromiso ético que nos corresponde asumir primero con la propia conciencia y luego con el entorno que me acompaña.

El columnista Thierry Ways escribió el domingo “el presidente no tendría en su contra a 6 de cada 10 colombianos, como dicen las encuestas” hablando sobre las marchas programadas para el próximo domingo. Y entonces me quedó ‘sonando’ 6 de 10…

Ways es un periodista serio, donde creo encontrar análisis menos parcializados que lo hacen interesante para construir criterio. 6 de 10 implica, 4 de 10. Como quien dice que 4 de 10 colombianos están a favor del presidente. Los matemáticos lo pueden explicar mejor, pero en mi elementalidad numérica el 6 y el 4 están muy cerca al 5, es decir a la mitad, al equilibrio. No están hablando de 9 de 10, ni de 3 de 10.

Lo significativo que quiero mostrar es que ‘hay otro’ país que no tiene acceso a medios tradicionales, ni son las voces más ‘representativas’ o mediáticas, pero hay maneras diferentes de pensamiento y no es ‘toda’ Colombia la que está en contra o a favor. Anhelo escuchar o leer voces o pensamientos que busquen puntos de equilibrio que ayuden a construir consensos y no criterios exagerados que distorsionan la realidad.

Hay ejemplos elementales: frente a las pasadas elecciones se tituló: “En peligro 150 municipios que no tendrán elecciones libres”. Pero no se ‘completó’ la información expresando “1200 municipios si las tendrán”. Este solo detalle genera equilibrio evitando la zozobra o el pánico. Pues bien, mi anhelo es cómo construir espacios de información donde no se ofenda, ni se generalice y se respete la diferencia de criterio. Que alguien hoy se atreva a decir algo positivo de Petro es candidato al linchamiento y al ostracismo. Voces en contra de Petro se publican a diario pero voces a favor de Petro no. La encuesta de Ways habla de 6 de 10. ¿Dónde está el 4 de 10?

Lo que mueve al mundo, para bien o para mal, es la información, distorsionada o correcta, depende de quien la diga y de quien la interprete. Lo que leemos o escuchamos se convierte en emoción que se trasluce en comportamiento. El miedo es la emoción que más mueve, más conmueve, más obnubila. Es contagioso y se ‘pega’ como virus. Los supuestos son nefastos para la salud mental porque allí todo es posible, solo que no son reales y puede que ni sucedan, pero ya hicieron efecto en tu psiquismo.

Si se unen saberes, cuántica, espiritualidad, psicología (no solo economía o política) se palpa que existen otras fuerzas que construyen actitud y hay que tenerlas en cuenta. Es el nuevo mundo… ¿A cuál escuchas? ¿En cuál te matriculas?

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