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Yemen, Iraq y Afganistán: la encrucijada de Obama

Tras el retiro de los ‘marines’ de Iraq, sacar las tropas de Afganistán o abrir un nuevo frente de guerra en Yemen son las opciones que estudia Obama.

14 de noviembre de 2010 Por: Isabel Morales Corresponsal de El País - Washington

Tras el retiro de los ‘marines’ de Iraq, sacar las tropas de Afganistán o abrir un nuevo frente de guerra en Yemen son las opciones que estudia Obama.

En Estados Unidos nadie se siente a salvo. Al menos esa es la percepción que viene aumentando entre los ciudadanos según el resultado de varias encuestas realizadas por los medios de comunicación.La alerta general se debe a los últimos intentos de atentados terroristas que ocurrieron hace quince días y que han puesto al país en vigilancia extrema.Los más recientes han sido las dos bomba que se encontraron en aviones de carga que entraban al espacio aéreo americano. Una de ellas, enviada desde Yemen, estaba diseñada para explotar en pleno vuelo sobre el país, aseguró la policía británica que investigó el caso pues fue la que detectó el artefacto explosivo que estaba escondido en el cartucho de tinta de una impresora. Pero no es la primera ocasión que este tipo de eventos ocurren. Hace unas semanas un hombre de origen paquistaní estaba planeando un ataque en el metro de Washington. Farooque Ahmed, de 34 años, creía que colaboraba con miembros de Al Qaeda, que al final resultaron ser agentes encubiertos de EE.UU.Y como olvidar el día de navidad del último diciembre, cuando el joven nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab, de 23 años, llevaba en su ropa interior material explosivo para ser detonado en un vuelo que iba de Amsterdam a Detroit.Por este cúmulo de situaciones que revelan fragilidad en los sistemas de seguridad, el gobierno de Obama, sin margen de maniobra política por la derrota en la elecciones, intenta dar un viraje en su estrategia y tomar medidas más drásticas contra el terrorismo.Una de ellas es crear nuevas reglas para los aviones de carga que provienen de países como Yemen y Somalia, a estos ya se les prohibió trasportar cartuchos de tinta para impresora que pesen mas de una onza, entre otras restricciones.“Las amenazas del terrorismo que enfrentamos son graves y evolucinan, estas medidas de seguridad reflejan nuestro compromiso de utilizar la inteligencia para mantenernos adelante de los adversarios”, dijo a El País Janet Napolitano, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional.Somalia es otro país que esta en la mira de EE.UU., ya que gracias a la inteligencia militar desplegada en el exterior, se conoce que otro grupo terrorista llamado Al Shabaab, anunció su intención de atacar al país al igual que lo hace Al Qaeda desde la Península Arábiga.“En materia de seguridad creo que hemos avanzado mucho pero los terroristas buscan donde hay fallas para atacar, por eso siempre tenemos que mejorar pues los intentos continúan y van en ascenso”, explicó Emilio Viano, profesor de política de American University.Aunque Obama apenas va a cumplir su segundo año al frente de la Casa Blanca, ya tuvo que redirigir el timón de su política internacional pues los Talibanes han recuperado fuerza en Afganistán, Al Qaeda sigue al acecho y por eso el Departamento de Defensa pidió más refuerzos y recursos. En julio se enviaron 30.000 soldados más de Iraq a Afganistán y no se sabe si las tropas regresarán a casa el próximo año, para que Obama cumpla su promesa de reducir las tropas en ese país, otra guerra que los analistas ven innecesaria.Ahora su objetivo y estrategia militar está dirigido a Afganistán, con el afán de pelear contra los terroristas y proteger al país de un atentado como el ocurrido el 11 de septiembre de 2001.“Preguntarse si el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir el terrorismo es un juego de palabras. Uno nunca puede estar seguro, porque siempre hay nuevas maneras, los terroristas se adaptan a la inteligencia y siempre están buscando formas ingeniosas para atacar, como la que vinos hace dos semanas con el incidente de los aviones de carga”, explicó Stephen Donehoo, coronel retirado y director de la consultora internacional McLarty Associates en Washington.En Washington se cuestiona si el gobierno realmente tiene una política clara frente a Afganistán y si después de tantos años en guerra, Estados Unidos saldrá victorioso. Una guerra que lleva unos nueve años y ya se la compara con la de Vietnam que duró ocho y medio, según el Congressional Research Center.“Creo que el error más grande que Obama pudo haber cometido durante lo que va de su gobierno fue que aumentó las tropas y los recursos, creo que las posibilidades de éxito son limitadas. Sus opciones son redefinir el éxito en el camino, o continuar con su objetivo de crear un gobierno estable en Afganistán, pero esto quiere decir que se necesita más dinero para invertir en el país”, dijo hace algunos días Christopher A. Preble, director de Estudios de Política Internacional del Cato Institute con sede en Washington.En el 2008 se pensaba que los talibanes estaban desarticulándose, y que esta guerra llegaría al final. Pero todo cambio hace un año, cuando retomaron fuerzas en el territorio y regresaron de las montañas y a Pakistán para tomarse el poder de las aldeas y pequeños pueblos.“Mis amigos los musulmanes”Según algunos analistas en Washington el gobierno de Estados Unidos trata de buscar una solución a la guerra contra el terrorismo pero la derrota en las elecciones al senado, no favorece el incremento de gastos ni las jugadas audaces.Sin embargo, esta semana Obama visitó varios países de Asia, entre ellos Indonesia que cuenta con el mayor número de musulmanes en todo el mundo. Su misión era mejorar las relaciones y llevar el mensaje de que EE.UU. es un amigo y no un enemigo como lo tratan de mostrar los musulmanes extremistas.“Lo que hace Obama es darles a conocer como es el nuevo presidente, nada comparado con Bush, que él es afroamericano y que tiene simpatía con los países islámicos, que vivió en ese mundo y que puede comunicarse con ellos y esta dispuesto y lo quiere hacer, quiere cambiar el esquema de cómo nos vemos”, dijo Stephen Donehoo, coronel retirado.

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